UN CUENTO DE SOBRE TEMPRANO,
Érase una vez...
Transcurría
el transcurrir de la vida:
Nada nuevo;
y todo viejo:
Lo mismo de todos los días.
Y, lo nuevo de cada día,
porque en lo viejo está lo nuevo.
-- ¡Impresionante!
Esa es y era la magia de la vida:
Viejo y nuevo;
Nuevo y viejo.
Y, mientras, entonces,
se estaba en el rezo de los laudes,
hubo una idea, que, de repente
llamó la atención:
-- Como el águila incita a su nidada,
-- revolando sobre los polluelos,
así extendió sus alas,
-- los tomó
y los llevó sobre sus plumas.
Ese fue el texto
del salmo que en ese momento se rezaba.
Y, la idea, era:
-- el águila incita a su nidada,
-- revolando sobre los polluelos.
Y, me quedé pensando
y pensando, e imaginando la idea:
-- un águila
-- sus pollitos de águila
-- recién nacidos
-- que chillan y chillan
-- y abren la boca
-- para tomar el gusanito
-- que trae mamá águila
-- como desayuno.
Y, me quedé en esa idea,
y en la idea del salmista,
en lo nuevo de lo viejo:
Y, es, que, Dios:
así extendió sus alas,
-- los tomó
y los llevó sobre sus plumas.
-- ¡Ummmmmm!
-- ¡Interesante!
Y, colorín-colorado;
este cuento se ha acabado.
Fin
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