UN CUENTO SOBRE JUAN

 UN CUENTO SOBRE JUAN

P. Daniel Albarrán

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(TAMBIÉN)

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Érase una vez...

Ya el mes de diciembre
llegaba a su final,
era, ya, 27 de diciembre.

La magia y la fantasía
del mes más hermoso
iba haciendo su labor:

darle un toque de cosa especial
a cada día del mes.

Y, ya, se había experimentado
el gozo del encuentro
en familia,
y, ya, eso era mucho con bastante.

Todo lo demás era una extensión de esa misma experiencia de encuentro.

Y, el 27 de diciembre,
se celebraba la fiesta litúrgica
de San Juan, apóstol y evangelista.

Y, enseguida,
la memoria traía cosas de la memoria, 

como, que:

-- Juan, fue discípulo de Jesús.

-- También, fue apóstol de Jesús 

(uno de los doce que Jesús llamó),
-- tal vez, el más joven.

-- Juan, es uno de los que Jesús convocaba para alguna actividad especial,

-- y los evangelios dicen, que, Jesús llamó a Pedro, 

a Juan y a su hermano Santiago,

-- cuando Jesús se retira, por ejemplo, 

al Huerto de los Olivos,

-- o, cuando Jesús sube al Monte Tabor(la transfiguración);

-- o, cuando Jesús le dice a la niña 

(que estaba dormida): Talita Kum (levántate).

Un detalle, sin embargo,
que nunca se ha resaltado,
es, que, Juan el apóstol,
era primo de Jesús,
al igual, por supuesto,
que Santiago, el hermano de Juan.

Con Jesús,
andaban, entonces,
dos primos de Jesús,
hijos de María, la hermana de 
la mamá de Jesús,
que, también, se llamaba María.

Este último dato
se encuentra en el momento
de Jesús en la cruz,
cuando Jesús le encarga
al primo Juan, a la tía:

-- He, ahí, a tu madre.

Por otra parte,
Juan, que había sido 
discípulo y apóstol de Jesús,
es el mismo que escribe
el Evangelio de Juan,

a quien se le atribuye este evangelio, 

como inspirador de las ideas matrices de la comunidad joanea.

Y, al momento de escribir,
escribe detalles
que solo Juan sabía,
como, por ejemplo, que,
Jesus, seis días antes
de la última semana de la Pascua de Jesús,
Jesús había ido a cenar
con la familia Lázaro,
en Betania.

Es a allá donde Jesús va,
a la familia Lázaro,
en Betania, cuando va a Jerusalén,
porque, Betania (y la familia Lázaro)

 estaba muy cerca de Jerusalén.

Y, Juan es el del Evangelio:

-- En el principio existía el verbo.
-- El verbo era Dios.
-- Todo se hizo por el verbo.
-- Y, el verbo se hizo carne.
-- Y, habitó entre nosotros.

Y, colorín-colorado; 

este cuento se ha acabado.

Fin.

UN CUENTO ESPECIAL

 UN CUENTO ESPECIAL

P. Daniel Albarrán

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(TAMBIÉN)

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Érase una vez..

Se estaba celebrando
la misa del 24 de diciembre.

Todo iba yendo
maravillosamente bien:
los cantos de villancicos,
las ropas multicolores,
las gentes bien arregladas.

Todo perfecto:
Mejor; imposible.

En el momento
del canto de El Gloria
se harían sonar las campanas.

Y, la campana chiquita
sonaba tilin-tilin-tilin.

Y, habían dos campanas grandes,
que se habían bajado
del campanario donde estaban
porque iban hundiendo
esa parte del templo parroquial,

y se había hecho
en tiempos de tres párrocos anteriores.

Las campanas
estaban, ahora, en la parte
inicial del templo,
y estaban en el piso.

Y, ahí reposaban
desde entonces.

Era, la misa del 24 de diciembre.

Y, en el momento del
canto de El Gloria a Dios en el cielo,
se hicieron sonar las campanas.

Aquello habia sido
una buena ocurrencia.

Entonces, las campanas
sonaban:

-- tilin-tilin-tilin 

(las campanas chiquitas)

-- talan-talan-talan

 (las campanas grandes)

-- tilin-tilan
-- tilan-tilin

Y, se cantaba.
Se sentía bonito.

Algunos lloraban.

-- tilin-tilan
-- tilan-tilin

Y, colorín-colorado; 

este cuento se ha acabado.

Fin

UN CUENTO HASTA INTERESANTE

 UN CUENTO HASTA INTERESANTE

P. Daniel Albarrán

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(TAMBIÉN)

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Érase una vez...

24 de diciembre,
por la mañana, muy temprano.

Era día domingo.

En las madrugadas
de las nueve misas de aguinaldo,
mientras me iba levantando
y todas esa cosas
de levantarse y rutina diaria,

colocaba en el teléfono
la serie de el Doctor House,
por de más de interesante.
Incluso, en las noches
mientras el sueño dominaba,

que era, ya, a las ocho y media de cada noche,
veía los episodios de el Doctor House.

-- ¡Uppppppss!
-- ¡Super interesantes!

Y, las casualidades
hacen que todo coincida,
porque, hoy,
24 de diciembre,
igualmente, con la levantada
menos de madrugada,

volví a colocar
el episodio que correspondía
de el Doctor House.

Y, era, justamente,
un recuento final
de toda la producción
de la serie:

El episodio 177,
el último.

Entonces,
fueron hablando los actores,
ya no los personajes,
e iban hablando
de la genialidad de aquella
producción:

-- Valió la pena --
decían los guionistas,
también los camarógrafos,
los del vestuario;
y, así, todos.

Y, quedé
con la necesidad
de saber más de aquella
gran producción,
y, de seguro, habrá que
dedicar tiempo para aprender
muchas cosas.

Y, el Evangelio del día,
del 24 de diciembre
era, que:

-- El ángel, entrando en su

 presencia, (de María de Nazareth) y le dijo:

-- «Alégrate, llena de gracia, 

el Señor está contigo».

Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. 

El ángel le dijo:

-- "No temas, María, porque has encontrado

 gracia ante Dios.

--  Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, 

y le pondrás por nombre Jesús. 

-- Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, 

el Señor Dios le dará el trono de David, su padre;

-- reinará sobre la casa de Jacob para siempre, 

y su reino no tendrá fin".

Ciertamente, María, la muchacha de Nazareth,
nada tenía que perder.

Al contrario:
Su hijo no pasaría trabajo;
tampoco ella,
porque

-- "Será grande, se llamará Hijo del Altísimo,

 el Señor Dios le dará 

el trono de David, su padre;

-- reinará sobre la casa de Jacob para siempre,

 y su reino no tendrá fin".

Y, en nuestras misas de aguinaldo
habíamos hecho un poco
de el Doctor House,
al dedicarnos a los detalles
de los relatos del Evangelio
que se fue leyendo,

que había sido el Evangelio de San Lucas.

Y, en una de House
descubríamos, que,
cualquier muchacha de Nazareth
habría aceptado la propuesta
del ángel Gabriel,

porque, según lo que decía el ángel
ni el niño, ni la madre
pasarían trabajo,
ni siquiera hambre.

-- ¡Ummmmmm!
-- ¡Interesante!

Y, colorín-colorado; 

este cuento se ha acabado.

Fin

UN CUENTO DE SOBRE MUDOS

 UN CUENTO DE SOBRE MUDOS

P. Daniel Albarrán

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(TAMBIÉN)

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Érase una vez...

El evangelio contaba, que,
Zacarías se había 
quedado mudo,

ante la noticia del ángel Gabriel.
Y, Zacarías salió
del lugar de la incesación,
y hablaba por señas:

-- ¡Uppppppss!

Y, se quedó mudo
hasta que nació
su hijo, que le había
anunciado el ángel.

Entonces,
se puede hacer
Teología del mudo.

-- ¡Queeeeeeeee!

-- Por supuesto, que sí.

Porque, se trata
del silencio, en este caso,
se Zacarías
ante las cosas de Dios,
que no tienen explicación,
y no se saben explicar.

Eso lleva a quedarse mudo.
Y, María, la muchacha
después que el mismo ángel
le da la noticia
de que va a tener un hijo,

que se llamará Hijo del Altísimo,
va presurosa a visitar
a Zacarías y a Isabel,
iría, también, a buscar
explicación del misterio
que le estaba sucediendo a ella,

por una parte, y al mismo Zacarías, 

por otra parte.

-- !¿Y, cómo iría a explicarle
-- Zacarías, el sacerdote,
-- a María, si él estaba mudo?!

Zacarías, por ser sacerdote
era estudioso de la Torá,
y algo sabría de 
las cosas que se esperaban
sobre el Mesías,
y todo eso.

María, iría a buscar, también,
algo de asesoría, al respecto.

Y, Zacarías estaba mudo.
También, quedó mudo
el profeta Job
cuando al final del libro,

después que cuestionaba a Dios

 sobre el dolor, el sufrimiento, 

el sin sentido de 
las cosas de la vida.

Y, Job dice al final:

-- He hablado
-- más de la cuenta.
-- Me quedaré callado.

Job 42, 1-3:

Y Job respondió a Yahveh:
--  Sé que eres todopoderoso: 

ningún proyecto te es irrealizable.
-- Era yo el que empañaba el 

Consejo con razones sin sentido. 

-- Sí, he hablado de grandezas que no entiendo, de maravillas que me superan y que ignoro.

-- ¡Ufghhhh!
-- ¡Interesante!

La teología del mudo.

Zacarías, con su silencio
impuesto por el ángel
hizo teología:

-- !Hay cosas de las cosas
-- que no se entienden!
-- !Maravilloso!

Y, cuando nace el niño,
Juan (el Bautista),
y presentan al niño en el templo,
el evangelio dice, que,

San Lucas 1, 59-64:

-- Y sucedió que al octavo día fueron

 a circuncidar al niño, y querían ponerle 

el nombre de su padre, Zacarías,

-- pero su madre, tomando la palabra, dijo:

-- «No; se ha de llamar Juan.»
-- Le decían: «No hay nadie en 

tu parentela que tenga ese nombre.»

-- Y preguntaban por señas a su padre

 cómo quería que se le llamase.

-- El pidió una tablilla y escribió: 

«Juan es su nombre.»

-- Y todos quedaron admirados.
-- Y al punto se abrió su boca y su lengua,

 y hablaba bendiciendo a Dios.

-- ¡Interesante!
-- ¡Teología del mudo!

Y, colorín-colorado; 

este cuento se ha acabado.

Fin.

UN CUENTO DE SOBRE ZACARÍAS

 UN CUENTO DE SOBRE ZACARÍAS

P. Daniel Albarrán

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(TAMBIÉN)

__________

Érase una vez...

En las misas de aguinaldo
se había leído el Evangelio
en el que se hablaba
de Zacarías,
el padre de Juan el Bautista.

El ángel Gabriel
se le había aparecido
en el lado derecho del altar,
cuando Zacarías
estaba en el servicio
de la incesación:

-- No temas, Zacarías
le había dicho el ángel.

Ya era tarde,
porque, ya, Zacarías
estaba asustado.
Iba a ser padre,
le dijo el ángel.

-- Pero, yo soy viejo,
-- e, Isabel es vieja y estéril.

-- Yo soy Gabriel --
le dijo el ángel.
-- Y, te vas a quedar mudo
porque no creíste.

-- ¡Ayayayay!

Y, se quedó mudo.

Entonces,
había que hacer
"teología del mudo"

-- ¡Ummmmmm!
-- ¡Interesante!

Sí.
Teología del mudo
Y, colorín-colorado; 

este cuento se ha acabado.

Fin

UN CUENTO DE SÉPTIMA

 UN CUENTO DE SÉPTIMA

P. Daniel Albarrán

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(TAMBIÉN)

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Érase una vez...

Se iba, ya, en la séptima misa
de aguinaldos,
y se estaban celebrando
a las seis de la mañana:

no era muy temprano;
tampoco muy tarde.

En algunas otras parroquias
las estaban celebrando
de entre cinco y cinco y media
de la mañana;
y, otras, en horas de la tarde.

En la nuestra,
 a las seis de la mañana.

E, igualmente,
a esa hora estaba siendo
como estaba siendo: perfecto.

Sin embargo,
algunas señoras, el día anterior
habían sufrido:

a dos, se les bajó la tensión;
a otra le dio por vomitar,
en plena misa.

Ciertamente,
no era, ni muy temprano
ni muy tarde;

pero, la madrugada, aún así,
estaba pasando factura.

El temario de las lecturas bíblicas
obedecían a un orden.

Era, prácticamente,
un itinerario en un orden temático.

Ya las lecturas del Evangelio
nos había dado las pautas:

Primero,
todo giraba sobre el libro de Isaías,

 al hablar del mesías,
venido del tronco de Jesé.

Es decir, una nueva línea,
que ya no es de la línea sacerdotal

 de la casa de Leví.

Segundo, del mismo Isaías
la idea de "el reino de los cielos",
que es la convivencia del lobo

 junto con el cabrito,
lobo y cabrito que todos llevamos dentro.

Y, el reino de los cielos
es, que, convivan juntos,
lo salvaje nuestro con lo manso nuestro, 

sin dejar que sea lobo el lobo;

 ni cabrito el cabrito.

Tercero:

las lecturas sobre Zacarías y
Juan el Bautista, y la presencia
del Gabriel, el ángel.

Zacarías se queda mudo.

-- ¡Ummmmmmm!
-- ¡Interesante!

Cuarto:
Gabriel, el ángel,
hace, también, presencia
a una muchacha virgen,
de nombre María,
y la llama
"llena eres de gracia".

Y, en la misa de hoy,
la séptima,
esa muchacha, María,
va a visitar a Zacarías y a Isabel.

-- ¡Interesante!

Y, colorín-colorado; 

este cuento se ha acabado.

Fin.

UN CUENTO DE SEXTA

 UN CUENTO DE SEXTA

P. Daniel Albarrán

(VER MÁS)

(TAMBIÉN)

__________

Érase una vez...

Era, ya, miércoles.
Iban, ya, seis días de las misas de aguinaldo.

Las lecturas de los textos
del Evangelio habían tratado
de José, en el día quinto de la novena.

Y, decía, que, José
había pensado dejar en secreto a María.
Porque, había un problema,
y, era que María estaba embarazada.

Y, José tenía el problema:
dejarla.

Eso contaba el Evangelio:
había pensado, José, dejarla en secreto.

Entonces, José
tuvo un sueño.

Y, hoy, en el sexto día
de la novena de las misas de aguinaldo,
el Evangelio hablaba, que,
se apareció a una muchacha
de Nazareth un ángel.

El Ángel se llamaba Gabriel.
Y, el ángel le dijo, que,
ella era llena de gracia.

-- Llena de gracia.

-- ¡Ummmmmm!
-- ¡Interesante!

Y, colorín-colorado; 

este cuento se ha acabado.

Fin.

UN CUENTO DE MÍSTICA DE LA CREACIÓN

 UN CUENTO DE MÍSTICA DE LA CREACIÓN

P. Daniel Albarrán

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(TAMBIÉN)

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Érase una vez...

Solo el primer capítulo
del libro del Génesis:

-- En el principio creo Dios
-- los cielos y la tierra.
-- La tierra era caos y confusión.

Así comienza la Biblia.
Así se resume, igualmente,
la creación:

-- Y, la tierra era caos y confusión.

-- ¡Ummmmmm!
-- ¡Interesante!

Y, desde ahí, comienza todo,
absolutamente todo.

Desde el caos y confusión;
y, desde el caos y confusión juntos,
el texto afirma, que, 
y oscuridad,

Dios dice que haya la luz.
Y, hubo la luz.

Enseguida, los autores
del primer capítulo del libro del Génesis,
que eran estudiosos, por una parte,
y, contemplativos, por otra parte,
hacen una definición mística de la creación.

Y dicen:
-- Y vió Dios que era bueno.
-- Y, atardeció y amaneció:

-- Día primero.

Y, comienza desde esa afirmación
el tiempo,
que es que todo está sometido
a esa frase:

-- atardeció y amaneció.
-- !Guao!
Y, sigue de después
de cada caso,
con atardeció y amaneció.

Y, cada vez, igualmente,
con "vió Dios que era bueno".
Y, cuando va a crear al hombre,
que es a su imagen y semejanza de Dios, dice, 
dos cosas hermosamente místicas:

Una: hagamos.

Y, aquí, hay una cosa que es clave: un plural,
donde quedan incluídos
todos los elementos anteriores
que Dios ya había creado.

Y, pareciera, más bien, que,
Dios les está diciendo a esos elementos, 

que ellos y Dios,
HAGAN.

Es decir: HAGAMOS JUNTOS.

-- ¡Ufffggggg!
-- ¡Maravilloso!
-- !Exquisito!

Y, segunda:

-- a nuestra imagen y semejanza.
Y, la imagen era lo material,
lo visible donde se veía materialmente a Dios.

Y, la semejanza,
el toque de la divinidad,
que era su sello.

Entonces, el hombre
hecho a imagen y semejanza de Dios.

Y, vió Dios
que todo era muy bueno.

Y, Dios descansó.
Ya terminó su obra.

Ahora, la obra,
desde ese momento
es la obra del hombre.

Y, el hombre continúa,
entonces, su tarea, dada por Dios, 

desde ese momento.

Y, tiene que mejorar
lo que ya Dios hizo perfecto,
y que era muy bueno.

Y, es lo que hace cada hombre:
Con su actividad y creatividad,
hacer crecer al mundo,
y mejorarlo.

Eso es lo que ha hecho
el señor Ramón Alirio Santana,
que, además,
fue llamado por Jesús
a mejorar el mundo,

y, entonces,
sin diferencia de cualquier 

otro señor, o señora,
porque no lo hizo diferente,

Jesús, lo llama
para una tarea específica y especial,
que es, que,
haciéndolo sacerdote
le dio la tarea de perfeccionar
el mundo desde la Eucaristía.

-- ¡Uffffgggh!

Entonces, el señor Ramón Santana,
sacerdote, es conducido
por el Espíritu Santo
para santificar el mundo.

-- ¡Guuuuuuao!

Eso hizo Ramón Santana.

Mejoró el mundo.

Y, de manera especial,
porque era sacerdote.

Y, atardeció.
Y, amaneció.

Ya, no en día primero;
sino, en su tiempo sumado de
19,769 dias.

Y, atardeció, y amaneció 
todas esas veces.

-- ¡Ugggg!
-- ¡Maravilloso!

Y, colorín-colorado; 

este cuento se ha acabado.

Fin.

UN CUENTO DE SEGUNDA

 UN CUENTO DE SEGUNDA

P. Daniel Albarrán

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(TAMBIÉN)

__________

Érase una vez...

Día sábado.

Segundo dia de la novena
de las misas de aguinaldo.

Se le había ganado al reloj despertador,
y se había levantado antes
que sonara.

-- ¡Jajajaja!

Ya los músicos estaban
en lo suyo:

el cuatro, las maracas,
el tambor...

-- ¡Tum Tum!
-- ¡Quién es!

Era lo que iban diciendo
junto con el carrasqueo
del cuatro y la afinación
de cuerdas y voces.

Y, volvían al tum-tum.
La gente iba llegando.

Algunos continuarían
la secuencia de nueve, dos.

Era la segunda.
Esta vez,
había venido la muchacha
que tocaba la flauta,
y le daba a todo un encanto
de la dulzura de la flauta
y daba ternura musical.

-- ¡Bonito-Bonito!

Y, en el momento oportuno,
de después de la comunión
el coro cantó:

-- Si la Virgen fuera andina
-- y San José de los Llanos
-- el Niño Jesús sería
-- un niño venezolano.

Y, el que tocaba el tambor
hacia magia con los palos
que hacían vibrar el cuero
del tambor,
y, eso, hacía
que se moviera la cabeza
y la cintura,
y otros acompañaban con las palmas.

-- Tendria los ojos negritos
-- quien sabe si aguarapaos...
-- Y, si la Virgen fuera andina...

Y, colorín-colorado; 

este cuento se ha acabado.

Fin

UN CUENTO DE PRIMERA

 UN CUENTO DE PRIMERA

P. Daniel Albarrán

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(TAMBIÉN)

__________

Érase una vez...

15 de diciembre.
Empezanban las misas de aguinaldo,
en las parroquias que comenzaban el 15,
y terminar la novena el 23.

Otras, empezarían el 16,
para terminar el mismo 24,
en la mañana.
Igualmente,
unos y otros,
celebrarían la misa del 24,
en horas prudenciales del día.

En la nuestra,
vendrían los que podrían
a las seis de la mañana,
a las misas de aguinaldo.

-- Nos vemos en la misa de la tarde -- 

dijeron algunas señoras mayores,
porque, para la de la madrugada
se les complicaba:

La edad.
Los achaques.
Y, esas cosas.

El reloj despertador
sonó a las cuatro y media
de la madrugada.

Había que levantarse.
Se comenzaba.

Los músicos aparejaban
los instrumentos.

Los que iban a leer las lecturas bíblicas del día,
repasaban en el ambón.

El frío del amanecer
se sentía sabrosito.

--- ¡Ummmmmm!
-- ¡Qué rico!

Algunas señoras traían
sus termos llenos de algo,
de seguro, chocolate,
también, café recien hechos.

Iban llegando graneaditos.

Sonaba el cuatro.
Se afinaban las voces.

El tambor, con su sonido ronco y seco,
iba inundando el recinto del templo parroquial.

Empezaba todo.
-- ! Qué cosa más bonita!

Y, colorín-colorado; 

este cuento se ha acabado.

Fin.

UN CUENTO DE GENERACIÓN DE RELEVO

 UN CUENTO DE GENERACIÓN DE RELEVO

P. Daniel Albarrán

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(TAMBIÉN)

__________

Érase una vez...

14 de diciembre,
un día antes del inicio
de las misas de aguinaldo.

También, día de San Juan de la Cruz,
místico exquisito
en la experiencia del encuentro-encontrando.

Su aporte a la mística universal
consiste en la famosa
NOCHE OSCURA.

Hoy en día
los grandes místicos judíos,
en especial los que
se dedican al estudio
y compresión de LA KABBALAH JUDÍA,

están descubriendo
la gran conexión
de la mística judía
en la Kabbalah y 
la experiencia del todo y la nada,
y de esto trata, precisamente,
la gran obra de San Juan de la Cruz,

que la es pura comprensión del
capitulo uno del Génesis:
Mística en su más 
elevada revelación.

Y, hoy,
14 de diciembre,
de manera especial,
la diócesis de Barcelona
ha dispuesto que sea 
el día del seminario diocesano de Barcelona.

Y, hoy,
se sucede una cosa muy importante:

Unos jóvenes seminaristas
son admitidos
como candidatos
a la orden del diaconado
y al orden sacerdotal.

Los más avanzados.

Y, ahí
se estaba sucediendo
una experiencia de generación
y de relevo.

Unos, que empiezan.
Otros, que continúan.
Otros, en su ocaso.

Es decir,
generaciones.

De hecho,
los del ocaso
cifrababan los 42 años
de sacerdotes.

Le seguía, otro de 40.

Y, había una colección
de generaciones.

Hermoso, sin dudas.

Unos, que van.
Otros, que vienen.

Así, como
en una carrera de relevos:
el de adelante le pasa
la vara al que está ahí,
y debe seguir corriendo.

Y, este a otro.
Y, así.

-- !Oh, hermoso!

Y, juntos
corren.

Y, en las gradas del Stadium
algunos aplauden,
algunos hacen barra;
otros, sentados,
solo esperan.

Y, en la próxima vuelta
ya son otros en más gradas.

Y, se corre, ahora,
renqueando.

Y, se corre.
Sin que se deje de llegar
y seguir corriendo.

-- ¡Maravilloso!

-- ¿Qué hace lo que el uno le entrega al otro?

-- !La Eucaristía!
-- ¡La Eucaristía!

Y, colorín-colorado;

 este cuento se ha acabado.

Fin

UN CUENTO DE AGUINALDOS

 UN CUENTO DE AGUINALDOS

P. Daniel Albarrán

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(TAMBIÉN)

__________

Érase una vez...

Faltaban dos días
para dar inicio a las misas de aguinaldo,
que empezarían, propiamente,
el 15 de diciembre.

Se cantarían villancicos,
también parrandones navideños.

La gente, algunos,
se vestirán de bufanda
y hasta de gorro rojos,
y algunos, hasta usarán guantes de lana.

Aún, cuando no se se esté
en zona de frío nórdico,
muchos usarán atuendos
que signifiquen que hace frío,
propios de que es Navidad.

Será un contagio contagioso.
También, alguno que otro,
se vestirá de San Nicolás,
o de Santa Claus,
y se colocará en lugares visibles, y dirán:

-- ¡Jo Jo Jo Jo!

Y, todos reiremos
y nos contagiaremos 
de su barba y cabello blancos.

Y, resonará en nuestro oídos
aquel JO JO JO JO simpático.

Algunos irán a misa.

Y, algunos llevarán 

chocolate caliente para de después de misa.

Y, se cantará, entre otras
de las canciones:

-- ¡Fuego al cañón!
-- ¡Fuego al cañón!
-- !Para que respeten nuestro parrandón!

Y, en el momento del
fuego al cañón,
algunos saltarán con bronquitos
diciendo y haciendo:

-- !Pum!
-- ¡Fuego al cañón!
-- ¡Pum!

Y, se reirá a carcajadas
por la ocurrencia.

Y, así, será por nueve días.

Y, se sentirá el frío de la mañana.

-- ¡Maravilloso!
-- ¡Bonito, más bien!

Y, colorín-colorado; 

este cuento se ha acabado.

Fin.

UN CUENTO DE SOBRE LA OTRA CARA

 UN CUENTO DE SOBRE LA OTRA CARA

P. Daniel Albarrán

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(TAMBIÉN)

__________

Érase una vez...

Domingo, en la mañana.

Se acercó un señor,
de mediana edad,
más bien, joven.

Se sentó a conversar.

Situaciones de inquietudes existenciales,
personales, por supuesto.

De esto.
De aquello.
De sus cosa.
La vida.

Entonces, llegó a un punto
de cosas muy alarmantes.
Era propietario de una flota de camiones de transporte de alimentos.

Apenas, tres camiones.
Todas las semanas
iba y venía a y de Mérida,
de la zona del páramo.

Traía papas,
zanahorias, repollo,
y, también ajos.
Y, surtía el mercado de Puerto la Cruz.

Preocupado, más bien,
agradecido contaba, que,
daba gracias a Dios,
que varias veces se había salvado
de ser linchado por las turbas de gente,
que, en muchas ocasiones
habían salido
a saquear los camiones
cargados de lo que traía.

E, iba contando
sus sustos, de aquí,
de allá.

Y, llegó a una vez
en La Vía Alterna,
de Barcelona a Puerto la Cruz,
donde la agresión fue tan grande,
que el chofer se salvó
de explotar con el camión.

Y, yo, que le escuchaba
estaba asustado y sorprendido.

Y, sentía ganas de
pedirle perdón,
y de decirle,
que, lo lamentaba,
porque, era terrible
mirar la otra cara de la moneda,
y, sentía que
éramos desagradecidos
con él, y con ellos,
con los que nos
mantienen al traernos
los alimentos
con tanto sacrificio
y exposición a peligros
y maldades
de gente sin corazón.

Y, el señor
seguía hablando.

Y, colorín-colorado; 

este cuento se ha acabado.

Fin

UN CUENTO DE DESIERTO Y ESAS COSAS

 UN CUENTO DE DESIERTO Y ESAS COSAS

P. Daniel Albarrán

Érase una vez...

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(TAMBIÉN)

__________

Segundo domingo de Adviento.

Y, el Evangelio 
citaba el libro del profeta Isaías:

-- Está escrito en el profeta Isaías: 
-- «Yo envío mi mensajero delante de ti 

para que te prepare el camino. 

-- Una voz grita en el desierto:
--  'Preparad el camino del Señor, 

allanad sus senderos."»

Y, era de resaltar
algunas cosas "contradictorias",
porque,
ir a gritar en el desierto,
pareciera que no es lógico.

Porque, el desierto es desierto,
no hay gente.
Y, ¿quién va a oír, si no hay gente?

Sin embargo, al desierto
van, igualmente, 
los que bautiza Juan el Bautista;
y, va el mismo Juan el Bautista,

también, va Jesús,
para hacerse bautizar,
y, después del bautizo,
Jesús, también, 
va al desierto.

Y, ahora, en Adviento,
el tema "el desierto"
es la constante:

-- ir al desierto
-- una voz que grita en el desierto.

Y, la voz que grita,
dice:

-- "Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos."

-- ¡Uppppppss!

Y, todo lo dice el profeta Isaías.

Y, Juan el Bautista
y Jesús de Nazareth,
van a tomar de Isaías
su proyecto: El Reino de los cielos,
que, es, que:

-- el lobo y el cabrito
-- anden juntos, sin que el lobo

 se coma al cabrito;
-- y, el cabrito no se espante
-- del lobo.

Sin dejar de ser lobo, el lobo;
ni cabrito, el cabrito.

-- ¡Ummmmmm!
-- ¡Interesante!

Y, colorín-colorado; 

este cuento se ha acabado.

Fin

UN CUENTO DE SABADO DE PRIMERA SEMANA

 UN CUENTO DE SABADO DE PRIMERA SEMANA

P. Daniel Albarrán

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(TAMBIÉN)

__________

Érase una vez...

Sábado de la primera semana
de Adviento.
El velón que se había encendido

el domingo pasado,
para significar la primera vela
de la corona de Adviento,
ya estaba llegando a su fin,
pues, se había encendido
cada día para la hora de la misa,
y había cumplido su función:

significar la vela
de la primera semana de Adviento.

Mañana, domingo,
se encendería la segunda;
e, igualmente,
se consumiría en la semana.

En la tarde de hoy, sábado,
se haría el pesebre-nacimiento
del niño Jesús,
siguiendo la intención
de San Francisco de Asís,
de cuando tuvo la idea del pesebre.

Y, por otra parte,
una catequista
había hecho la cartelera,
y había hecho en figura
de sombra,
a José caminando adelante,
con su bastón,
y a María, embarazada,
montada en el burro.

Yo, me había quedado
observando esa figura en cartulina negra.

Y, mi imaginación
se había ido por ese mundo
de José y María, y el burro.

Me había detenido en el burro.
Y, me imaginaba la travesía,
que, por la figura,
parecía ser de noche.

La luna aparecía grande-grande,
detrás de aquella medio cima,
más bien, pequeña loma
donde iban los cuatro,
porque, también,
iba el niño Jesús,
en el vientre de María.

Y, me gustó imaginar.
Y, agradecí a la catequista
por hacerme participar
de su arte en aquella cartelera.

Y, suspiré profundo.

Y, colorín-colorado; 

este cuento se ha acabado.

Fin

UN CUENTO DE REALIDAD

 UN CUENTO DE REALIDAD

P. Daniel Albarrán

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(TAMBIÉN)

__________

Érase una vez...

Transcurría el principio
del mes de diciembre.

Y, todo parecía
ir de prisa,
porque, sin darnos cuenta,
ya el mes de diciembre iba 
como apuradito.

En eso, llegó la noticia
de la muerte de un conocido.

Y, sin buscar
ponerse trágicos,
pasó en ráfaga de pensamientos 
el primer capítulo del libro del Génesis:

-- Dios,
-- que creó todo,
-- absolutamente todo.
-- Y, vió Dios, que,
-- todo era bueno.

Y, si la vida no existía,
sino hasta que la creó Dios.
Tampoco, existía la muerte,
que, también
Dios la creó.

Entonces,
la vida y la muerte
son criaturas de Dios.

Y, vió Dios
que todo estaba bien.

Y, en mi cuenta
me dan cinco la veces
que en el capítulo uno del Génesis aparece, 

que, 
"vió Dios que estaba bien".

Y, en la sexta vez,
aparece, después de la creación
de Adán y Eva, dice, que,

-- "Vió Dios que estaba muy bien".

En una confirmación
de que todo era su obra.

Y, enseguida,
me invade el pensamiento
de San Pablo, cuando dice:

-- que, por un hombre (Adán)
-- entró la muerte.

Y, pareciera, entonces,
que la muerte es obra de Adán.

Y, me quedo pensando:
-- es, que, la muerte,
-- también, la hizo Dios.

-- ¡Uppppppss!
-- ¡Interesante!

Entonces, la muerte
no es castigo,
ni mucho menos.

Y, cuestiono, de inmediato,
el pensar de San Pablo.

Y, colorín-colorado; 

este cuento se ha acabado.

Fin.

UN CUENTO DE COSAS BONITAS

 UN CUENTO DE COSAS BONITAS 

P. Daniel Albarrán

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(TAMBIÉN)

__________

Érase una vez...

Ayer, sábado,
dos de diciembre.

Eran, pasadas

las tres de la tarde.

Se estaba
en la actividad
de Retiro Espiritual de Adviento.

La Iglesia parroquial
estaba full-full.

Estaban los niños y jóvenes
de las catequesis.
También, los padres y representantes.

Se iría a hablar
de la carta del Papa Francisco
sobre la historia del pesebre.
Y, serían los representantes
que expodnrian.

Igualmente, se hablaría
de los colores litugricos.

Y, también, eran los representantes.

Y, en la primera parte,
la actividad era un conversatorio,
y tres preguntas serían,
para platicar en grupos,
de niños, jóvenes
y adultos.

Todos entremezclados.
Ahí, estaría lo divertido,
lo especial de la actividad:

-- ¿Qué contiene el pesebre?

Era la primera pregunta.

-- vacas -- decían unos niños.
-- ovejas -- decían otros.
-- la mula -- otros.
-- camellos...
-- la virgen...
-- San José...
-- la estrella...
-- el ángel...
-- Dios...

Y, aquello era
una algarabía en cada grupo.

Porque, salían cosas
que contiene un pesebre 

de nacimiento del Niño Jesús.

-- los reyes...dijo otro.
-- pasto...
-- un río...dijo otro.

Y, esa primera parte
estaba siendo un momento
especial de gracia, de alegría,
de espontaneidad, de ocurrencia.

-- ¡Qué cosa tan bonita!

Y, así,
se trató, también,
las otras dos preguntas,
tan participadas como la primera.

Tal vez, más.

Entonces,
en el momento en, que,
podía pasar al micrófono
para decir algo, en cantidad

 limitada y espontánea,
una niña dijo:

-- al niño Jesús
-- los reyes le trajeron...
Y, se quedó pensando.

-- oro...
-- plata... siguió diciendo.

-- y, creo,
-- no estoy segura -- 

y se puso 
a hacer ejercicio rápido de memoria 

y de relación lógica...

Y, otros niños
desde los asientos gritaban:

-- mirra ...
-- incienso....

Y, la niña seguía
en actividad pensativa.

-- creo...
-- creo...no estoy segura....

Y, los otros niños,
y también los adultos gritaban
desde sus puestos....

-- mirra...
-- creo...
-- que le regalaron una sabana --

dijo la niña en su conclusión.

Y, todos aplaudimos.

Porque, era lógico
que fuera así.

Y, el aplauso fue estruendoso,
en medio de carcajadas
y aprobaciones con la cabeza.

Y, colorín-colorado; 

este cuento se ha acabado.

Fin.

UN CUENTO DE PERSONIFICACIÓN E IMAGINACIÓN

 UN CUENTO DE PERSONIFICACIÓN

 E IMAGINACIÓN

P. Daniel Albarrán.

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(TAMBIÉN)

__________

Érase una vez...

Cada mes del año
tenía su personalidad,
y su manera de ser.

Enero,
se parecía a un señor
con un maletín de ejecutivo,
y traía un traje elegante,
de color negro,
con corbatín.

Febrero,
venía en bermudas,
y con camisa colorida de flores,
y con silbatos y tumorales.

Y, así, cada mes
tenía su identificación
y su personalidad.

Diciembre,
era un señor muy jovial
y conversador.

Tenía una frescura bonita
en su rostro.

Olía a colonia cara,
pero suave y encantadora.
Sus zapatos, recién comprados
brillaban  a nuevos.

Era, realmente, 
elegante, señor diciembre.

Y, no era, que,
era distinto a los otros once;
era, que, era muy especial.

Y, era, porque,
el solo nombre era bonito.

-- ¡Diciembre!
-- ¡Diciembre!

Y, era bonito el nombre.
Parecía mágico.

Y, tenía un no sé qué
que lo hacía simpático.

Tal vez, su sonrisa.
Más bien, su ternura.
O, quizá, su capacidad
de fantasía.

Y, colorín-colorado; 

este cuento se ha acabado.

Fin