UN CUENTO DE COSAS
P. Daniel Albarrán
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Érase una vez...
A la una de la madrugada
se habían metido
a robar
los aires acondicionados
de la parroquia.
El párroco
se había levantado
a hacer bulla.
No podía hacer más.
El ladrón
saltó por el techo,
parecía un mono
para maromear
y para trepar
tan alto.
No fue mucho.
No el salto,
sino el robo,
porque el salto era gigante.
Pero, para nuestra situación
lo que para unos
es nada,
para otros
es mucho.
Lo es
para nosotros.
Entonces,
el señor Teodoro
estaba reparando
lo que se podía.
Era
un mientras tanto.
En eso,
en la cancha deportiva
del Colegio de al lado
unos niños
cantaban en ensayo
unos cantos muy bonitos.
Estaban, también,
las maestras.
Entonces,
el párroco
volteó a.mirar
hacia la cancha.
Y. los niños,
y las maestras
hicieron movimientos
de manos
saludando al párroco.
Y, siguieron
en su ensayo.
Porque estaban
preparando
actividades de la escuela.
Y, colorín-colorado; este cuento se ha acabado.
Fin