UN CUENTO DE SOBRE UN PROCESO
Érase una vez...
-- El mundo gira, gira, gira,
mientras la vida pasa y pasa...
Así cantaba en su canción
Nelson Ned.
Y, aunque, el cantante lo decía de un niño,
y, que, era él mismo,
para repetir en cada pedacito de su canción,
que,
-- el tiempo borró.
Eso mismo se aplica a la vida,
y a todo:
-- el mundo gira, gira, y gira ...
-- y el tiempo borró.
La vida es un proceso.
Y, eso, hace pensar
en un círculo,
que da vuelta y vuelta y vuelta,
y nunca deja de dar vueltas
en un principio sin fin,
y en un sin fin si descanso.
La figurita del círculo girando
de cuando usamos internet:
Gira y gira..
Y, eso sucede y sucede,
igualmente, en la misa:
Celebramos la misa todos los días.
Y, gira y gira.
Parece lo mismo.
Y, lo es.
Y, hay días,
en que algo en especial de la misma misa nos llama la atención.
Un día alguna idea de las lecturas,
sobretodo, del Evangelio.
Otro día,
alguna idea de las letras de las canciones
que se cantan:
Y, nos mueve interiormente.
Otro día,
alguna frase del misal.
Y, otros días,
nada, en absoluto, nos impacta.
Y, aún, así,
es un proceso.
Y, ayer,
mientras se celebraba la misa
hubo una idea, que, de repente
tocó las fibras.
Y, fue ayer:
-- y te damos gracias porque nos haces dignos de servirte en tu presencia.
Fue un de repente.
La mente se enganchó en la idea.
Y, sorprendió, que,
-- es Dios
-- que y quien
-- nos hace dignos
-- de estar en su presencia.
-- ¡Guao!
-- ¡Fue un de repente!
Y, esa frase y esa idea místicas,
están inmediatamente
después de la consagración del pan y el vino,
justo, cuando, según la fe de la Iglesia,
el pan y el vino, son, ya,
El Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Es un proceso.
-- Ummmmm!
-- ¡Interesante!
-- ¡Maravilloso!
Y, colorín-colorado;
este cuento se ha acabado.
Fin
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