UN CUENTO DE COMPLICADO
P. Daniel Albarrán
________________
Érase una vez...
Jesús dijo:
-- Si tu hermano peca,
repréndelo a solas entre los dos.
-- Si te hace caso, has salvado a tu hermano.
-- Si no te hace caso,
-- llama a otro o a otros dos,
para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos.
-- Si no les hace caso,
-- díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad,
-- considéralo como un pagano o un publicano.
-- ¡Ummmmmmm!
Entonces, surgen la preguntas:
-- ¿De qué pecados se trata?
-- Por otra parte, ¿Jesús está autorizando para inmiscuirse en la vida ajena?
Porque, eso de "llama a otros dos" para reprender,
parece indicar que sí.
-- ¡Ummmmm!
Por otra parte, de otra parte,
-- ¿Cuál era el gran pecado para un judío de entonces, incluyendo a Jesús,
como judío de crianza y cultura?
-- La idolatría, era el gran pecado.
-- Y, un judío practicante de la Ley,
podía y debía llamar la atención a otro judío
si se desviaba del culto al Dios de Israel.
si se desviaba del culto al Dios de Israel.
Entonces, podía llamar a otros dos,
o más, para hacer volver al judío idólatra, a la práctica de la Ley (la Torá).
Y, Jesús, eso mismo fue lo que dijo,
porque,
-- Si no les hace caso,
-- díselo a la comunidad,
-- y si no hace caso ni siquiera a la comunidad,
-- considéralo como un pagano o un publicano.
-- ¡Ufffggggg!
-- ¡Que susto!
La sentencia, era, entonces,
considerar al reprendido como:
-- un pagano
-- un publicano.
Y, es que a Jesús
se le sale, igualmente,
su esencia judía
en su práctica de la Ley.
-- ¡Interesante!
Y, colorín-colorado;
este cuento se ha acabado.
Fin
No hay comentarios:
Publicar un comentario