UN CUENTO DE VAMPIRO
P. Daniel Albarrán
Érase una vez...
Mientras se empezaba
la misa
por los 22 aniversario
de la Unidad Educativa
San Lázaro,
en Puerto la Cruz,
una niña de preescolar
se acercó
al sacerdote,
que estaba revestido
con los ornamentos
para la misa.
La niña,
se acercó y saludó
con dos puñitos;
después,
con las manos en la boca,
en su timidez
le dijo al sacerdote:
-- Padre, lo dijo un niño,
-- yo no...
Y, seguía
con las manos en la boca,
en señal de
timidez:
-- Padre...
-- el niño dijo
-- que se parece un vampiro.
-- ¿Por el tapa-boca?
-- No -- dijo ella.
-- Por eso...
Y señaló los ornamentos
de color verde.
Y, el sacerdote,
le dijo:
-- Tiene razón.
Y, la niña
regresó a su lugar.
Y, enseguida, vino
otro niño
a saludar al sacerdote
con saludos de puñitos.
Y, colorín-colorado; este cuento se ha acabado.
Fin
Que bello. Por la cabecita de los niños pasan tantas ingenuidades, que hacen hermosas esas ingenuidades y eso los hace tiernos y preciosos. 🤗🙏
ResponderEliminarEl día a día, está lleno de inspiraciones para mostrar cualidades, hechos graciosos o tristes...lo bueno es estar atentos para identificarlos, vivirlos y disfrutarlos. Ni al sacerdote, ni a los niños se les olvidará ese encuentro.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLos niños son inocentes y ahora son más despiertos y atrevidos. Expresan sin temor
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