UN CUENTO DE SEMILLA Y DE MANGO

 UN CUENTO DE SEMILLA Y DE MANGO

P. Daniel Albarrán
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Érase una vez...

El Evangelio del día
hablaba de la parábola
de la semilla de mostaza,
que es la semilla
más pequeña, y de ella nace
y crece un árbol grande,
dónde vienen los pájaros
a sus ramas.

Y, enseguida,
yo pensaba en otra parábola,
también válida.

Y, pensaba en
una pepa de mango.

Entonces, construía
la parábola de la pepa de mango:

Una pepa de mango
caída al suelo.
Nadie la sembró.

La sembró el viento,
y la fuerza de la gravedad,
que hizo que de la mata de mango
cayera un mango.

El mango en el suelo.

Quedó solo la pepa.
La pepa echó raíces.
Y se sembró ella misma.

Y fue creciendo y creciendo.

Y, ya grande,
la pepa de mango
se convirtió en frondoso,
y dio nuevos mangos.

--- ¡Uuuuyyyyy!
-- ¡Qué rico!

Mango dulce 
Mango amarillito.
Mango apetitoso.

Comieron los pájaros.
Comieron las ardillas.
Comieron los murciélagos.

Y, dio sombras.

Y, comió la señora María,
el señor Pedro,
la tía, la abuela,
los muchachitos.

Y, colorín-colorado; 

este cuento se ha acabado.

Fin

UN CUENTO SOBRE AMAR

 UN CUENTO SOBRE AMAR

P. Daniel Albarrán
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Érase una vez...

El Evangelio del domingo 
29 de octubre.

Hablaba, que, a Jesús
le preguntaron:

-- -Maestro,

 ¿cuál es el mandamiento p

principal de la Ley?

El les dijo:

-«Amarás al Señor tu Dios 

con todo tu corazón, con toda tu alma,

 con todo tu ser».

Y, me quedo pensando y pensando,
y me pregunto en voz alta,
para que mis oídos me oigan
y mi cerebro se aplique a pensar:

-- ¿Amar a Dios?

Y, vuelvo a repetir:

-- ¿Amar a Dios?

Y, siento que mis ojos
se mueven hacia todos lados,
sin mover la cabeza;
solamente se mueven mis ojos.

Y, descubro en ese movimiento,
que es que mi cerebro 

está buscando y buscando ideas.

Y, vuelvo a repetir,
pero, ya no en forma de pregunta,
sino en afirmación. Y digo:

-- ¡Amar a Dios!

Ahora siento que mis ojos
están quietos;
y en vez de moverse,

siento que parpadeo.

Y, me doy cuenta de ello, 
aunque los ojos se mueven, 
pero con menos agitación.

Y, me percato de todo eso
en ese instante.

Y, siento, ahora, que,
arrugo el entrecejo.
Pareciera, que, quisiera, 

sin darme cuenta, que,
estoy asumiendo una postura
de qué estoy pensando.

Y, me doy cuenta con consciencia
que estoy apretando 

las puntas de los pies hacia los zapatos,
en un movimiento involuntario.

Y, me pregunto:
-- ¿Será que mi cuerpo 

en una maquinaria de equipo
-- está siguiendo a mi cerebro
-- para pensar
-- ¿qué cosa es "amar a Dios"?

Siento, ahora, que,
estoy en silencio.

Pareciera que no pienso nada.

Y, se me escapa un suspiro.

Y, vuelve la idea:

-- "Amar a Dios".

Y, colorín-colorado: 

este cuento se ha acabado.

Fin


--

UN CUENTO DE JUDAS Y DE SIMÓN

 UN CUENTO DE JUDAS Y DE SIMÓN

P. Daniel Albarrán

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Érase una vez...

El Evangelio del día hablaba, 

que, Jesús había llamado a doce.

Y, Lucas había recogido
esa información
para contarle a su amigo Teófilo,
que es como comienza
la carta que le escribe a Teófilo.

Y, cuenta, Lucas, que,
Jesús, por ese tiempo,

-- llamó a sus discípulos, 
-- escogió a doce de ellos 

y los nombró apóstoles:
Y, enseguida, Lucas da los nombres:

-- Simón, al que puso de nombre Pedro,
-- y Andrés, su hermano,

-- Santiago, Juan.
Estos cuatro primeros, eran dos grupos
de dos hermanos cada grupo:

-- Pedro y Andrés
-- Santiago y Juan.

Y, estos dos últimos eran
primos de Jesús.

-- ¡INTERESANTE!

Porque, cuando Jesús,
en el Calvario le dice al discípulo
que más amaba,
que se dice que era Juan,
le dice:

-- hijo; he ahí a tu madre;

Y, a María, la virgen,
le dice:

-- Madre; he ahí a tu hijo,
les está dando al primo
a su tía, la virgen María,
que es la madre de Jesús.

E, igualmente, le está dando
a la tía el sobrino;

es decir,
le da a la tía el sobrino
a su cuidado;
y al sobrino le da a la tía,
para que la cuide.

Y, la tía era María, la virgen,.
la madre de Jesús;
tía de Juan y Santiago.

Eso lo dice, por una parte, 
San Juan en su Evangelio (Jn 19, 25),
y también, San Marcos 

en su Evangelio (MC 3, 17; 5, 37).

El otro detalle es, que,
Jesús, también, llama a Judas.

Y, hay dos:

-- Judas el de Santiago
-- y Judas Iscariote, que fue el traidor.

El nombre de Judas,

 por ese entonces, era un nombre
que se usaba para colocar a los hijos.

Era, hacer referencia
a Judas Macabeos, por ejemplo,
quién era un orgullo

 para la historia de Israel,
por su fidelidad a las tradiciones judías.

Hasta entonces,
llevar el nombre de Judas,
era un orgullo.

Desde entonces, después
del Jueves-Viernes de la pasión
y muerte de Jesús,
llevar el nombre de Judas
es un horror y un susto.

Y, colorín-colorado; 

este cuento se ha acabado.

Fin

UN CUENTO DE "AMÉN"

 UN CUENTO DE "AMÉN"

P. Daniel Albarrán
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Érase una vez...

Se estaba en la exposición
y adoración del Santísimo.

Era día jueves.

Y, es mandato pastoral
de la Iglesia,
que los jueves
se haga la exposición
del Santísimo,
y se le contemple, 

preferiblemente, en silencio.

Y, es que el jueves
es día sacerdotal y 

día fundacional de la Iglesia,
al hacer referencia histórica,
y conexión con la Última Cena
de Jesús con sus apóstoles.

Es en jueves
cuando Jesús:

-- Tomando el pan,
-- lo partió
-- y lo dio a sus discípulos, y dijo:

-- "TOMEN Y COMAN
-- TODOS DE ÉL

-- TOMEN Y BEBAN...
-- ES MI CUERPO
-- ES MI SANGRE
-- DE LA NUEVA ALIANZA

-- *HAGAN ESTO EN CONMEMORACIÓN MIA* 

Nace, entonces, 
la Eucaristía.

Nace, igualmente,
el sacerdocio nuevo,
en Cristo y por Cristo,
y el mandato es de hacer eso,
"para la salvación de todos".

Y, los jueves,
de todos los jueves de la semana,
se hace esa conexión con la historia, primero,
y con Jesús, que es la salvación,
en LA EUCARISTÍA.

Entonces, se dice
ante el Santísimo expuesto
para la contemplación:

-- Bendito y adorado
-- sea el Santísimo Sacramento del Altar.

Y, se responde:

-- Sea por siempre
-- bendito y alabado.

-- ¡Ufffggggg!
-- ¡Una experiencia 

de amor eucarístico en contemplación!

Es el jueves, entonces,
fundacional,
y sacerdotal.

Y, se reza y ora
por los sacerdotes:

Se reza por el Papa,
por los Obispos,
por los sacerdotes.

Y, se vuelve a guardar silencio.

Porque, es contemplación;
es decir, una experiencia de:

EL ME MIRA.
YO LO MIRO.

YO LO MIRO.
ÉL ME MIRA.

Sin que se deje de repetir
el "Bendito y adorado sea
el Santísimo Sacramento del Altar...".

Y, se reza un Padrenuestro
ante cada petición.

Y, ayer, mientras
eso hacíamos en la parroquia,
desde las 3 y 50 de la tarde,
me llamó la atención, que,
al final de cada Padrenuestro
la gente no decía AMÉN,
que es como se termina
el Padrenuestro.

Y, estuve tentado cada vez
de girarme a preguntar
¡por qué estaba faltando
el AMÉN del Padrenuestro!

-- ¡Upppppps!

Y, colorín-colorado; 

este cuento se ha acabado.

Fin

UN CUENTO DE SOBRE CONFUSIÓN

 UN CUENTO DE SOBRE CONFUSIÓN

P. Daniel Albarrán
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Érase una vez...

El Evangelio contaba, que,
Jesús, había dicho:

-- ¿Pensáis que he venido

 a traer al mundo paz.

--  No, sino división.

-- En adelante, una familia de cinco estará dividida: 

-- tres contra dos y dos contra tres; 
-- estarán divididos:

--  el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, 
-- la madre contra la hija 

y la hija contra la madre,

-- la suegra contra la nuera

 y la nuera contra la suegra.

Y, aquí, me quedo
como pajarito en rama:

mirando pa' llá,
mirando pa' cá.
Mirando pa' todos lados.

Porque, no entiendo.

Porque, 
¡¿no dicen, que,
Jesús es paz y amor,
y esas cosas?!

Y, lo que me complica la cosa,
es que se trata de mayoría
en la división;

porque, el ejemplo es
una familia de cinco.
Un número impar,
de cinco:

en donde un número impar,
el tres, va a definir la división
y la contienda,
en el caso de haber empate,
de dos por bandos:
dos y dos.

El tercero, desempata.

Y, me confundo más, todavía,
porque detalla, que,
habrán dos contra tres,
y tres contra dos.

¡¿Acaso, no es lo mismo?

Y, parece, 
que no es lo mismo.

-- ¡¿Tres contra dos?!
-- ¡¿Dos contra tres?!

Y, se me viene la idea intuitiva
de que:

Tres contra dos, puede significar, que, 
tres están en lo cierto,
y, dos, no.

En, igualmente:

Dos contra tres,
pudiera significar, que,
dos no están de acuerdo
y se oponen a los otros tres,
porque, no, necesariamente,
la mayoría tiene razón.

Por eso,
dos contra tres.

-- ¡Ummmm!

La otra parte está en:

-- el padre contra el hijo 

y el hijo contra el padre.

Y, me quedo pensando...

Tampoco, es lo mismo.

Porque, el padre puede ir contra el hijo;
y el hijo puede no ir
contra el padre.

No habría ataque y contraataque.

Solo ataque, por parte del padre.

Y, Jesús, dice, que, es
-- el padre contra el hijo 

y el hijo contra el padre.

-- ¡Upppppp!

Y, colorín-colorado; 

este cuento se ha acabado.

Fin

UN CUENTO DE AL CÉSAR LO DEL CÉSAR

 UN CUENTO DE AL CÉSAR LO DEL CÉSAR

P. Daniel Albarrán

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Érase una vez...

La lectura del Evangelio

del domingo 22 de octubre, 2023.

Correspondía, igualmente,

la misa de recepción/aceptación

de los niños y jóvenes

de la catequesis ICA-ICNA.

Se iban cumpliendo con ello

lo del cronograma del itinerario

Catequesis ICA-ICNA.

Se iba en una de sincronizados

con los tiempos

y con los momentos.

El Evangelio, hablaba, que:

1) En aquel tiempo, se retiraron los fariseos

2) y llegaron a un acuerdo para comprometer a Jesús con una pregunta.

3) Le enviaron unos discípulos, con unos partidarios de Herodes, y le dijeron:

4) «Maestro, sabemos que eres sincero 

5) y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad; sin que te importe nadie, porque no mi­ras lo que la gente sea. 

6) Dinos, pues, qué opinas: ¿es lícito pagar im­puesto al César o no?»

Y, aquí, me quedo pensando

y pensando. 

Y, vuelvo a leer el texto.

Y, vuelvo a leer.

-- ¡Ummmmmm!

Y, enseguida, llama la atención, que,

esta vez, según el Evangelio de San Mateo,

solo fueron los fariseos, sin los saduceos.

 ¡Interesante!

Los fariseos eran, por lo general,

Los rabinos, y, que, mantenían una postura de libre interpretación de la Ley.

Y, Jesús, al ser, también, rabino,

Tenía una interpretación suya.

Esta vez,

El punto de diferencia era

Si se pagaba el tributo al César.

Cosa, que, no se discutía,

Ya, que, era un asunto de política internacional;

Es decir, Israel había sido sometido en guerra por los romanos,

Y era un derecho de guerra que el pueblo vencido pagara tributos al dominador. 

Tan solo, que, por decreto estuviera exento de pago. Y, eso no sucedía.

Jesús, sabía eso.

También lo sabían los fariseos. 

Era, simplemente, una cosa de historia elemental de política internacional.

 ¡Interesante!

De eso no se discutía.

Jesús, entonces, hizo uso del conocimiento elemental de asuntos diplomáticos.

Porque, también, Dios tiene su lugar.

 ¡Demasiado interesante, entonces, la respuesta de Jesús, de al César, lo del César; y a Dios, lo de Dios”.

Ciertamente, mala la jugada de aquellos.

Y, colorín-colorado; este cuento se ha acabado.

Fin

UN CUENTO DE ITINERARIO

 UN CUENTO DE ITINERARIO

P. Daniel Albarrán

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Érase una vez...

-- Hábleme, usted, por favor del itinerario de la catequesis --

me llamó/dijo una persona

el día anterior.

Y, después de decir

algunas cosas,

quedamos, que,

al día siguiente

hablaríamos,

a través de una llamada telefónica.

Entonces,

le pedí a la coordinadora

de la catequesis de la parroquia,

que nos reuniéramos

para que me catequizara

con su conocimiento

y dominio.

Y, frente al Santísimo

en la mañana,

hicimos mapas mentales

en cuaderno,

para hacer esquema de estudio.

Bien dice, Albert Einstein, que,

quien entiende una idea,

y lo hace en gráficos,

es señal de que sí entendió la idea que quiere transmitir.

Entonces:

-- Todo en la vida es un itinerario:

-- se programa uno:

Me levanto a tal hora.

A tan hora, desayuno.

A tal hora hago esto/aquello.

A tal hora, llamo a fulano.

Etcétera...Etcétera...

Y, hay itinerario de a corto plazo,

e, itinerario de a largo plazo, como estudiar para una profesión,

y, requiere tiempo/paciencia/dedicación/permanencia.

Un pensum de estudio, de escuela es, en sí, un itinerario.

Igualmente, en la catequesis

de nuestras parroquias.

La de antes.

También, la de ahora.

Y, en todos

hay evolución.

Se crece.

Y, en cada época,

funcionó;

como funciona, ahora.

Ninguna es mejor que otra.

La de ayer, fue como fue.

Y, fue perfecta.

La de ahora, es como es.

Y, es perfecta.

Sin embargo, hay un más,

que la de ayer no tenía;

tampoco le hizo falta.

Ese "más",

es, precisamente, la diferencia

y la riqueza.

Y, es, que, ahora es

Experiencia de encuentros.

Hay encuentro con Jesús,

en su Palabra.

Y, es un descubrimiento individual,

pero, guiado, por supuesto.

En donde el/la catequista,

Incluyendo, principalmente al párroco,

no es quien sabe.

También, aprende,

porque está, también, siendo catequizado.

Ya no es la Iglesia docente,

Que allí enseña, y los demás repiten.

Así trata de la Iglesia discente, que no sabe,

Donde todos no saben. Todos aportan.

Todos caminan juntos.

Una Iglesia sincrónica;

Es decir, en la actualidad de tiempo

En el tiempo: sincronizados.

Y, se habló, de inmediato, de

Las cuatro etapas de la catequesis ICA-ICNA,

Llamados, hoy por hoy,

 ITINERARIO DE CATEQUESIS.

Se llama ICNA (ITINERARIO DE CATEQUESIS DE NINOS Y ADOLESCENTES)

En la primera etapa:

 Niños de entre 8 años a 9 años

 Y, se llama ese lapso-encuentros: descubrimiento de la fe.

 No hay ningún impedimento

Segunda etapa:

 Niños de entre 10 a 11 años.

 Se llama encuentro con Jesús en los sacramentos.

 Se bautizan los niños que, aún, no están bautizados, y que vienen de la primera etapa.

 Ahora, sí: hacen la Primera comunión.

Tercera etapa:

 Niños de entre 12 a 14 años.

 Profundización de la fe (perseverancia).

 Son los niños que acaban de hacer la Primera comunión.

Cuarta etapa:

 Jóvenes de entre 15 a 16 años.

 Opción y compromiso.

 En vías de recibir el sacramento de la confirmación.

Y, finalmente:

ICA (ITINERARIO DE CATEQUESIS DE ADULTOS).

 No hay edad.

 Son los padres/representantes de los niños/jóvenes.

 No hay ningún obstáculo ni condición.

 No hay limitantes.

 Y, todas las actividades tienen sus celebraciones litúrgicas.

Y, colorín-colorado; este cuento, más bien, información, ha acabado.

Fin

UN CUENTO DE ACCIÓN DE GRACIAS

 UN CUENTO DE ACCIÓN DE GRACIAS

P. Daniel Albarrán
(VER MÁS)

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Érase una vez...

El día siguiente
de arreglar las guayas de la luz
de la parroquia.

Era, que, justamente,
una semana se cumplía
que habían robado los cables,
y, nos habían dejado sin luz.

¡Si supieran el daño
que generan los que nos robaron!

¡Dios los vea con misericordia!

También, a nosotros, que, Dios,
nos vea con misericordia,
porque, hay que perdonar.

Eso, por una parte;
y, por la otra, hay que orar
por los que nos hacen daño.

Así, lo recomienda Jesús.
Para poder que se haga en nosotros
el reino de los cielos.

Era el día siguiente.
Había sido como había sido.

Entonces, en la mañana
del día siguiente,
di gracias a Dios.

Y, fuí nombrando de 
uno por uno,
con nombre,
de todos los que hicieron
que se pudiera reparar el daño.

Nombraba a ésta, a aquella,
a éste, a aquel.

Y, daba gracias, nombrándolos;
y, a la vez, rezaba por ellos.

Porque, hay que ser agradecidos.

Y, como los laudes, últimamente,
los estoy rezando en francés,
fuí diciendo, con acento francés,
así de recargar la "errrre" 

Jajajaja. Jajajaja.

E, iba diciendo:

-- Por la señoggggra...

E, iba diciendo el nombre de ésta, 

de aquella,
que estuvo solidaria,
especialmente, ayer,
mientras se instalaban

 las guayas del poste de luz a la parroquia.

En eso, reaccioné,
porque, en francés no se dice
"señoggggra";
se dice "madame".

Y, solté la carcajada.

Y, colorín-colorado; 

este cuento se ha acabado.

Fin

UN CUENTO DE GUERRA

 UN CUENTO DE GUERRA

P. Daniel Albarrán
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Érase una vez...

Día lunes,

16 de octubre, 2023.

Las noticias en la televisión
eran, entre otras cosas,
sobre la guerra
Hamas/Israel.

Y, se trataba de fijar postura:

O, a favor,
o, en contra de uno,
o de otro.

Una historia
de nunca acabar.

Tampoco, se trataba
de apoyar a uno,
y no al otro,
cuando las guerras
tienen sus propias situaciones,
por eso, son guerras.

Y, eso lleva,
con lógica a estudiar,
leer, comparar,
y hacer mapas mentales
para, "humildemente",
conocer las historias 

subyacentes de cada historia.

Eso mismo, lleva,
por lógica, igualmente,
a tener sentido crítico,
con conocimiento.

Y, por supuesto,
con la certeza de fuera
de fanatismo,
también fanatismo religioso,
que es el más funesto 
de todos los fanatismos.

Allá, por el año 2009,
la historia era la misma:
Hamas/Israel.

Entonces, había profundizado
para, igualmente, comprender.

Y, había leído, estudiado,

copiado, y vuelto a leer.
Entonces, escribí un libro:
DEBAJO DE LA MATICA.

Y, el personaje principal,
que se llamaba Pedro Pablo,
cuestionaba sobre cosasaprendidas de historia.

Cuestionaba sobre
la inteligencia judía,
especialmente, la historia bíblica.

Al punto de
poner en tela de juicio
las diez plagas de Egipto,
y el paso del Mar Rojo,
en relación a una aniquilación
de un pueblo,
en aras de defender
a un pueblo "escogido".

Fuerte, sin duda,
el personaje y la novela.

Y, se concluía, 
como resultado de la pregunta,
de, qué hace que el genio judío
que hace la diferencia 

con el resto de la humanidad,

que, el DAAT, era y es
la diferencia.
DAAT,
como método,
como instrumento,
como resultado,
como disciplina,
como ejercicio,
como estructura.

Trece años más tarde,
después de ese libro,
vuelve a suceder 

como fenómeno de noticias 
la misma historia,
que, siempre está sucediendo.

La diferencia, es, que,
ahora, es fenómeno noticioso.

Y, agradecido por la evolución
de pensamiento,
después de mantenernos
en la misma línea:

de estudio,
de lectura
y de búsqueda y encuentro,
y de disciplina.
Se trata de entender.

Y, es, que,
la historia de esta guerra
está en el libro del Génesis,
en los capítulos 16 y 21.

Agar, la esclava egipcia, al servicio de Sara, la mujer de Abraham.

Sara, la mujer de Abraham.
Dos resultados:

Dos hijos:
Ismael, el hijo de Abraham con Agar,
la esclava.
Isaac, el hijo de Abraham con Sara.

Los dos,
hijos de Abraham.

Resultados diferentes,
porque, eran:

Diferentes los intereses de las madres de aquellos dos hijos,
hijos de un mismo padre,
Abraham.

Sara, de hecho,
obligó a Abraham a expulsar
a Agar, con su hijo Ismael:

Génesis 21:9-11:

-- Vio Sara al hijo que Agar la egipcia había dado a Abraham jugando con su hijo Isaac,

-- dijo a Abraham: «Despide a esa criada y a su hijo, pues no va a heredar el hijo de esa criada juntamente con mi hijo, con Isaac.»

-- Sintiólo muy mucho Abraham, por tratarse de su hijo...

La guerra de ahora,
que es demasiado vieja en el tiempo,
es, entonces,
de intereses.

Y, vuelve a aparecer...
en este caso, Sara....

Y, se trata de crear una
toma de consciencia.

De elevar la consciencia.

Porque,

hijos de un mismo padre,
Abraham.

Y, ha prevalecido el mal
como decisión de historia en la historia.

Aún, así,
se revela la consciencia,
que, es que somos
hijos de Abraham.

Lo de más,
es de más.

Y, colorín-colorado; 

este cuento se ha acabado.

Fin

UN CUENTO DE INVITADOS

 UN CUENTO DE INVITADOS

P. Daniel Albarrán

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(VER MÁS)

Érase una vez...

La lectura del Evangelio
del domingo 15 de octubre:

Otra parábola de Jesús.

El reino de los cielos, que,
"se parece".
No es.

-- El Reino de los Cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo. 
-- Mandó criados para que avisaran a los convidados, pero no quisieron ir.

-- Volvió a mandar criados

 encargándoles que les dijeran:

 tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas y todo está a punto. Venid a la boda.

Los convidados no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios, los demás les echaron mano a los criados y los maltrataron hasta matarlos. 

-- El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad. 

Y, en esta parte,
como, "se parece",
y, no es, 
suelto la carcajada,
porque, me quedo pensando,
que,

Primero:

Tenía gente, ya, invitada
para las bodas de su hijo.

Segundo:
les mandó avisar, que,
ya. Que fueran.

Ya, todo listo.
Y, aquí, viene
donde me río a carcajadas,
porque, ninguno quiso ir.

Y, enseguida, pienso:

-- ¿Qué tendrían de malo
-- las fiestas en aquella casa,
-- que, nadie quiso ir?

Eso, por una parte.

Porque, por la otra,
no era, entonces,
bien querido el hijo que

 se casaba,
y los vecinos no se alegraban por su matrimonio.

Además,
aquel hombre, el Rey,
tenía un carácter terrible,
porque mandó matar
a los que no quisieron ir.

-- ¡O, sea, que, tenían que ir ajuro!

Y, el Rey estaba muy preocupado,
porque, quien se iba a comer
toda aquella comida.

¡Todo lo que se había gastado!

Entonces, vuelvo
a soltar la carcajada,
porque, mandó invitar
todos los que encontraran.

Y, fue todo el mundo.

Y, cuando estaban
comiendo del banquete,
el Rey salió a saludar.

-- ¡Jajajaja!

¡Y, es que no era 
amigo de nadie!

-- ¡Jajajaja!

Así, de gran señor,
muy simpático.

Y, colorín-colorado; 

este cuento se ha acabado.

Fin

UN CUENTO DE MARACAS

 UN CUENTO DE MARACAS

P. Daniel Albarrán

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Érase una vez...

En un pueblo

había un conjunto musical

que amenizaba todas

 las actividades del pueblo.

Si había un bautizo,

el conjunto animaba la fiesta.

Si había un matrimonio,

ahí estaba el conjunto musical

del pueblo.

Si había unos quince años,

el conjunto musical del pueblo

hacía bailar a todos.

El conjunto lo conformaban

la guitarra,

el violín,

el arpa,

el bajo,

los bongó,

y las maracas.

Y, era famoso

el hombre de las maracas.

Era, que, casi siempre

el resto de los instrumentos

ya habían terminado

de interpretar cada canción,

y, el de las maracas

seguía tocando.

La gente, al principio,

se reía.

Era, que, el hombre

se pasaba de maracas.

Es decir, seguía tocando.

De ahí, viene el refrán:

"Se pasó de maracas".

-- ¡Jajajaja!

Sin embargo,

todos esperaban

que aquel hombre

se quedara en solo

su toque de maracas

porque, había hecho

de ese dato

su arte,

y todos disfrutaban

de ese toque de más,

que se hizo famoso.

Y, colorín-colorado; 

este cuento se ha acabado.

Fin

UN CUENTO DE CAPITULO 22

 UN CUENTO DE CAPITULO 22

P. Daniel Albarrán
___________

(VER MÁS)

Érase una vez...

Llevábamos cuatro días, ya,
de sin luz eléctrica
en la parroquia.

Las noches habían sido
como noches sin luz,
y el calor nos había recordado
que es importante la luz.

Ya los trasnochos
estaban haciendo estragos
en el cuerpo,
porque, el caminar 
era más lento,
y un dolorcito de cabeza
estaba dando señales de agotamiento.

Era así.

Todo, sin embargo, seguía
en la rutina de las actividades.

Todo era igual.
La única diferencia era,
que sin luz.

Entonces, pasó por el recuerdo
la lectura del capítulo 22
del libro del Génesis:

-- La historia de Abraham.

-- Dios que le pide que suba al monte
-- con su hijo Isaac
-- y lo sacrifique.

Y, fue de quedarse pensando
en Isaac, que confió en Abraham,
su padre.

Y, de pensar que Isaac
la preguntaba que dónde
estaba el cordero
para el sacrificio.

Ahraham le contestaba vagamente.

No le decía la verdad verdadera a Isaac, su hijo.

-- ¡Ummmmmmm!
-- ¡Complicada la cosa!

En nuestro caso,
eran, ya, cuatro días
de penurias.

Se había tocado puertas,
por aquí y por allá.

Sin dudas, que, estaba faltando
el codero para el sacrificio.

Estaba faltando, tal vez,
la cosa más importante:

el cordero.

Y, ahí iban los dos.
Padre e hijo.

Abraham e Isaac.

Ambos obedientes.
Abraham obediente a Dios como padre. 
Isaac obediente a Abraham como padre.

-- ! nteresante!
Entonces, en el versículo

 cinco
del capítulo 22
del libro del Génesis,
estaba la clave.

-- Entonces dijo Abraham a sus mozos: 

--«Quedaos aquí con el asno. 

-- Yo y el muchacho iremos hasta allí, haremos adoración y volveremos donde vosotros.»

Y, enseguida suelto la carcajada,
porque, ahí, está todo:

-- Abraham estaba seguro 

de que todo iba a estar bien.

Ya, todo estaba bien.

Y, es, que:

-- Yo y el muchacho iremos hasta allí, haremos adoración y volveremos donde vosotros.».

-- ¡Jajajaja!

Abraham está seguro, que,
volverá, y bajarán juntos.

¡Maravilloso!

Y, colorín-colorado; 

este cuento se ha acabado.

Fin

UN CUENTO DE PADRENUESTRO

 UN CUENTO DE PADRENUESTRO

P. Daniel Albarrán
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(VER MÁS)

Érase una vez..

Los discípulos de Jesús
le pidieron a Jesús,
que les enseñara a orar,
así, como Juan el Bautista
les había enseñado.

Se podría pensar, de inmediato,
que ellos no sabían orar.

Pero, se descarta, igualmente,
de inmediato, esa idea
porque, todo judío, desde niño
había crecido orando.

Y, sabía, de hecho, orar.
No cuentan, sin embrago,
los Evangelios cuál era
la forma y la modalidad de orar de Jesús.

Solo, que, se retiraba
él solo a orar.

Ni siquiera dicen los Evangelios
que los invitaba.
Iba, él solo.

-- ¡Ummmmmm!
-- ¡Interesante!

El caso, es, que, Jesús
les dice, que, cuando oren, digan:

-- «Padre, santificado sea tu nombre,
--  venga tu reino, 
-- danos cada día nuestro pan del mañana, 
-- perdónanos nuestros pecados,

--  porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe algo,
-- y no nos dejes caer en la tentación».

Y, resulta, que,
desde la última vez
que medité sobre la pregunta
que Pedro le hiciera a Jesús
de cuántas veces hay que perdonar;

y a la respuesta de Jesús,
de qué hay que perdonar
setenta veces siete;

me puse a sacar cuentas,
y me dio, que,
hay que perdonar tres veces al día.

Y, esas veces, encontré
que son a la hora de comer.

Y, todo eso está
en la oración del Padrenuestro.

Y, así, desde entonces
cuando voy a comer, digo:

-- gracias, Señor, 
-- porque nos das el pan de hoy
(danos, hoy, nuestro pan de cada día).

Y, enseguida, aplico
el perdón, que está, igualmente,
en la misma oración.

Y, digo, también:
-- perona nuestras ofensas,
-- como, también, 

perdonamos a los que nos ofenden.

Y, lo hago en el desayuno,
en el almuerzo,
y en la cena.

Y, así, en mi descubrimiento
perodono la setenta veces siete,
que son tres veces al día,
y, que suman 21 veces al mes,
y con ello aplico
lo que dice la psicología,

que si se repite por 21 días
un patrón, con disciplina,
el cerebro lo asume, ya,
como un hábito,
y se hace normal, entonces,
esa rutina,
que, en este caso,
es el perdón.

Y, todo, simplemente,
en la oración del Padrenuestro,
que Jesús nos enseñó.

Y, colorín-colorado; 

este cuento se ha acabado.

Fin

UN CUENTO DE OTRA PARÁBOLA

 UN CUENTO DE OTRA PARÁBOLA

P,  Daniel Albarrán
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Érase una vez...

El Evangelio del domingo
8 de octubre.

Otra parábola.

Y, siempre con la misma temática:
El reino de los cielos:
que se parece.

No es; se parece.

Esta vez, se parece (no es)
a un hombre, que, plantó una viña.

Y, dejó la viña
 a unos trabajadores.

Así, como de a medias:
Él dueño ponía la viña,
y los trabajadores el trabajo.

Queda claro, que, 
al producir la viña,
todo sería a medias;
es decir, mitad y mitad:
mitad para los trabajadores,
y mitad para el dueño.

Comían los trabajadores,
y comía el dueño.

Así fue.
Bueno: así debía ser.

Entonces, cuando la viña
ya debería haber dado ganancias,
el dueño mandó por parte de su parte.

Ese era el trato.

-- ¡Jajajaja! ¡Jajajaja!

Los trabajadores se pasaron
de astutos;
más bien, de pícaros.

No le mandaron nada al dueño.
Golpearon a los que el dueño
había enviado,
y los regresaron sin nada.

Todavía, el dueño, pensando bien,
mandó otros más.

Y, también, a estos los trataron
terrible-terrible.

Y, enseguida, yo pienso
en la gente que alquila
una casita, o un apartamento,
y los inquilinos, ni pagan,
ni devuelven la casita o el apartamento.

Se apropian.
Se adueñan.
Y, no es suyo.

Y, me quedo pensando, que,
el reino de los cielos,
no es; se parece.

Y, la parábola cuenta, que,
el dueño les dará 

mala muerte a esos.

Y, recuerdo a esta viejita, 

a aquella, a un familiar mío,
a un conocido,
que, tiene, prácticamente,
perdida su casita, su apartamento,

porque, hay unos
que son muy inteligentes,
muy avispados,
muy graciosos,
que se les olvidó, que,
el reino de los cielos,
no es; sino, que, se parece.

Y, me quedo pensando.

Y, colorín-colorado; 

este cuento se ha acabado.

Fin

UN CUENTO DE UUPPPPPS

 UN CUENTO DE UUPPPPPS

P. Daniel Albarrán
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Érase una vez...

El libro del profeta Daniel.

Daniel era de la tribu de Judá.
Y, en el tercer año
de Yoyaquin
fue llevado al Reino caldeo
en tiempoa del Rey Nabucodonosor el grande.

Nabucodonosor 
se.llevó como botín
todos los vasos sagrados del templo.

Y, dispuso que
Aspenaz, jefe de los eunucos
trajera jóvenes de buen porte
de entre los hebreos
para instruirlos y educarlos
en la cultura caldea.

De entre estos jóvenes
trajeron a Daniel,
Azarías, Misael y Ananías.

Les cambiaron los nombres hebreos
por nombres caldeos,
como primera medida.

Y, comerían de la comida del Rey
y beberìan del vino del Rey,
por tres años.

Sin embargo, Daniel
convenció al jefe de los eunucos
para no comer de la comida del Rey,
y, así, cumplir con la Ley judía.

Llama la atención, que,
estos cuatro jóvenes hebreos
estaban bajo la autoridad
del Aspenaz, jefe de los eunucos.

Lo que hace pensar,
de inmediato, y por lógica,
es que Daniel y los otros tres,
eran, entonces, eunucos.

-- ¡Ups!!

Y, colorín-colorado; 

este cuento se ha acabado.

Fin

UN CUENTO DE IMAGINACIÓN

 UN CUENTO DE IMAGINACIÓN

P. Daniel Albarrán
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Érase una vez...

Se estaba en la lectura
del libro del profeta Daniel.

Daniel, llamado, también Baltasar,
nombre caldeo que le pusiera
el Rey Nabucodonosor,
había interpretado dos sueños
al Rey Nabucodonosor,

e, igualmente, interpretado
lo escrito por una mano misteriosa
cuando la fiesta que hizo el Rey Baltasar, hijo/sucesor del Rey Nabucodonosor.

Daniel, también, había tenido
sueños y visiones;

pero, en tiempos del Rey Baltasar, 

y del Rey Ciro.

Todo ello hasta el capítulo 12
del libro de Daniel.

Y, en un cambio de estilo
y de historia, en el capítulo 13,
se habla de Susana,

 esposa de Joaquín,
quién tenía un jardín hermoso en su casa.

Y, había dos ancianos,
nombrados recientemente
cómo jueces;
y que iban al jardín de Joaquín
como muchos judíos.

Susana, al mediodía,
todos los días,
cuando ya no había gente,
iba a pasearse por el jardín.

Susana había sido criada
bajo la ley de Moisés,
y era "buena cristiana".

Jajajaja. Jajajaja.

Es decir, se portaba bien.

Los dos ancianos
la miraban, y sabían que
ella iba a jardín al mediodía.

Y, los dos
"perdieron la cabeza",
y "dejaron de mirar al cielo".

Y, se pusieron de acuerdo.

-- ¡Ayayayay!

Y, enseguida, viene
a mi imaginación la canción
de Simón Díaz:

--Mercedes se esta bañando 

en las orillas de un río.

-- Mis ojos la están mirando, 
pero es de un amigo mío.

-- Yo no quisiera mirarla 

pero no tengo la culpa
-- Me parece a una esmeralda 

con flores de chupa chupa…

Y, colorín-colorado; 

este cuento se ha acabado.

Fin

UN CUENTO MUY SERIO

 UN CUENTO MUY SERIO

P. Daniel Albarrán

__________

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UN CUENTO MUY SERIO

P. Daniel Albarrán

Érase una vez...

Se estaba hablando

de cosas de salud:

-- que, hay que hacerse un chequeo una vez al año, al menos.

-- que, hay que poner empeño en comer sano.

-- que, hay que tomar mucha agua, porque hay que hidratarse.

-- que, hay que hacer un chequeo con un médico internista.

De eso se hablaba.

Entonces, uno de ellos

dijo:

-- un amigo médico me dijo, que:

-- cuando vaya a hacer chequeo de próstata

-- no permita, que, el médico introduzca algún aparato,

-- porque, eso hace daño,

-- además, eso perjudica la próstata.

-- Ni siquiera...el dedo...

Entonces, uno de los 

que ahí conversaba, 

con cara de preocupado, 

y con cara de echar broma, dijo:

-- Me lo hubieran dicho antes.

Y, todos soltaron la carcajada,

porque, todos sabían de

qué se trataba.

Y, siguieron hablando.

Y, colorín-colorado; este cuento se ha acabado.

Fin

UN CUENTO DE SOBRE FRANCISCO

 UN CUENTO DE SOBRE FRANCISCO

P. Daniel Albarrán
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(VER MÁS)

Érase una vez...

Se celebraba la fiesta
de San Francisco de Asís.

Y, es que hay santos de santos.

Y, Francisco de Asís,
sobresale por su originalidad.

Un joven.
En esos tiempos, ciertamente,
muchos jóvenes como él
estaban invocando
un cambio.

Muchos nombres aparecen
en la historia de por esos años.

Y, eran vistos
como contestatarios
al enfrentar al sistema de vida.

Había que cambiar,
y, radicalmente.
Entonces, como muchos,
aparece Francisco.

Y, se le juntan otros y otras,
como Clara.

Y, desafían con su estilo
de vida:

La pobreza evangélica,
era su exigencia
y su propuesta.

Hizo historia, entonces,
Francisco, y aquel grupo.

Era la pobreza,
en el sentido de 
"Dios proveerá",
como aplicación de
Bienaventurados los pobres de espíritu,
porque, de ellos es el Reino de los cielos.

Y, se resume en la confección
de un pesebre.

Así, que, al decir, hoy por hoy,
Francisco de Asís,
es decir, vida en pobreza evangélica:
Dios proveerá.

Y, es tanta su influencia,
que, hoy por hoy,
es el nombre nuevo escogido
por un Papa,
que lleva su nombre.

En sentido de cambio.
Y, radical.

Y, hasta un canto:

Hazme un instrumento de tu paz;
donde haya odio,
lleve yo tu amor.

No busque ser consolado,
sino consolar.

Y, colorín-colorado;

 este cuento se ha acabado.

Fin

UN CUENTO DE CATEQUESIS

 UN CUENTO DE CATEQUESIS

P. Daniel Albarrán

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Érase una vez...

Se celebraría en la misa del domingo

el envío de los catequistas.

Se había estado en la semana en dinámica de estudio y en trabajo de equipos

la semana de la catequesis.

Correspondía, ahora,

el envío.

Entonces:

1) ¿Qué es ser CATEQUISTA?

Ummmmmm

2) ¿Quién es catequista?

Todo mundo.

3) ¿Dónde se es catequista?

En todas partes.

4) ¿Cuándo se es catequista?

Siempre. Nunca se deja de serlo.

5) ¿Por qué se es catequista?

Porque la vida toda es catequesis. 

Se aprende. Se enseña. Se transmite.

6) ¿Qué se necesita

 para ser CATEQUISTA?

De especial: nada.

De extraordinario: ser agradecidos.

7) ¿Ser agradecidos, nada más?

Absolutamente, nada más.

8) Interesante.

Al ser agradecidos,

se es respetuoso,

considerado.

Y, otras muchas cosas.

Y, colorín-colorado; 

este cuento se ha acabado.

Fin