domingo, 22 de octubre de 2023

UN CUENTO DE AL CÉSAR LO DEL CÉSAR

 UN CUENTO DE AL CÉSAR LO DEL CÉSAR

P. Daniel Albarrán

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Érase una vez...


La lectura del Evangelio

del domingo 22 de octubre, 2023.


Correspondía, igualmente,

la misa de recepción/aceptación

de los niños y jóvenes

de la catequesis ICA-ICNA.


Se iban cumpliendo con ello

lo del cronograma del itinerario

Catequesis ICA-ICNA.


Se iba en una de sincronizados

con los tiempos

y con los momentos.


El Evangelio, hablaba, que:


1) En aquel tiempo, se retiraron los fariseos


2) y llegaron a un acuerdo para comprometer a Jesús con una pregunta.


3) Le enviaron unos discípulos, con unos partidarios de Herodes, y le dijeron:


4) «Maestro, sabemos que eres sincero 


5) y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad; sin que te importe nadie, porque no mi­ras lo que la gente sea. 


6) Dinos, pues, qué opinas: ¿es lícito pagar im­puesto al César o no?»


Y, aquí, me quedo pensando

y pensando. 

Y, vuelvo a leer el texto.

Y, vuelvo a leer.


-- ¡Ummmmmm!


Y, enseguida, llama la atención, que,

esta vez, según el Evangelio de San Mateo,

solo fueron los fariseos, sin los saduceos.


¡Interesante!


Los fariseos eran, por lo general,

Los rabinos, y, que, mantenían una postura de libre interpretación de la Ley.


Y, Jesús, al ser, también, rabino,

Tenía una interpretación suya.


Esta vez,

El punto de diferencia era

Si se pagaba el tributo al César.


Cosa, que, no se discutía,

Ya, que, era un asunto de política internacional;

Es decir, Israel había sido sometido en guerra por los romanos,

Y era un derecho de guerra que el pueblo vencido pagara tributos al dominador. 

Tan solo, que, por decreto estuviera exento de pago. Y, eso no sucedía.


Jesús, sabía eso.

También lo sabían los fariseos. 

Era, simplemente, una cosa de historia elemental de política internacional.


¡Interesante!


De eso no se discutía.

Jesús, entonces, hizo uso del conocimiento elemental de asuntos diplomáticos.


Porque, también, Dios tiene su lugar.


¡Demasiado interesante, entonces, la respuesta de Jesús, de al César, lo del César; y a Dios, lo de Dios”.


Ciertamente, mala la jugada de aquellos.


Y, colorín-colorado; este cuento se ha acabado.


Fin

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