sábado, 25 de enero de 2025

MARTA: ¿CREES ESTO?

 SÁBADO 25 DE ENERO:

JORNADA DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS


P. Daniel Albarrán

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(RESUMEN EN PODCAST)


El lema de este año es la pregunta de Jesús a Marta a que si Marta cree en lo que acaba de decirle Jesús, en que si cree que él es la resurrección.


Marta está, en ese momento, atribulada porque su hermano, Lázaro, ha muerto. Lo acababan de sepultar.


Y, Marta no se anda con atajos en su dolor.


Primero, le saca en cara a su amigo Jesús su ausencia: No estuviste. Y le habían mandado razón y noticias de que estaba enfermo; y le dieron la noticia. 


No viniste; así de simple. Y, Marta tiene todo su derecho y se siente con derecho, porque, es que son amigos, y en derechos que da la amistad, se le avisó; y en derechos de amistad le reclama: "si hubieras venido, mi hermano no hubiera muerto".


Y, se siente que como que Marta le estuviera diciendo que por no haber venido, fue que se murió. Se nota, enseguida, el grado de amistad de Marta, y lo sincerota que es Marta, porque, su dolor es, además, de lo de su hermano, es el dolor del desconsuelo de la ausencia del amigo de la familia, que no estuvo; y era que tenía que estar, para apoyar, para dar el hombro, para hacer presencia, para ser acompañamiento; para estar y saber que estaba...sin más explicaciones. Era una necesidad de saber que el amigo es amigo y ahí está; y no estuvo. Eso duele; y duele mucho.


Y, Marta, apenas lo vió, se lo dijo. Igualmente, salió corriendo a ver a Jesús, apenas le dijeron que Jesús había llegado; es, que, llegó el amigo; es el amigo, igualmente; y salió corriendo a saludarlo; pero, Marta estaba, igualmente, dolida porque no vino; no por ello, dejaba de alegrarse que viniera; y, no porque viniera a ella se le iba a quitar el enojo de porque no vino antes; por eso se lo dice de inmediato: no viniste; e, igualmente, eres bienvenido, amigo Jesús, amigo de mi hermano Lázaro, y amigo mío, y amigo de la familia.


Existe en ese hecho de Marta una sinceridad impresionante, y una amistad, igualmente, sorprendente, que llama la atención, sobretodo, en vías de un camino de ECUMENISMO.


Porque, Jesús no da explicaciones, según el relato del Evangelio de San Juan, que de hecho, es el único de los cuatro Evangelios que cuenta la muerte y la resurrección de Lázaro.


En ese dato del silencio, al respecto, de Jesús, hay, ya, un principio de ECUMENISMO, que es, que, las situaciones son las situaciones, y no es necesario explicar nada; ya, que, por una parte, la manifestación de la amistad de Jesús con la familia Lázaro, que se hace meritorio de hacerse considerado importante para los Lázaro porque le mandaron a decir que uno de ellos, el hermano varón, estaba enfermo; y sería bueno que viniera; tal vez, porque eso le iba a hacer bien al enfermo, y también, mucho bien a la familia. No significaría que no fuera a morir, porque, tal vez, su situación-salud era complicada ; pero, si hubiera sido un consuelo, al menos.


Y, aquí, en un plano de Ecumenismo, entendiendo Ecumenismo como una globalidad de cosas en una unidad, y como una tarea que la Iglesia Católica nos mandó a reflexionar en este año, sea, porque, se nos olvida que la vida es la vida, y la muerte es la muerte, y como grupos religiosos que tenemos un mismo principio de fe, sin obviar la realidad, estamos divididos, y unos, explican lo que no tiene explicación; y nos dividimos en interpretaciones de saberlo todo, hasta de la muerte y hasta de la vida, sin si carácter de misterio, en ambos casos. Y, otros, dan discursos y justificaciones de cosas que son la vida, y, más bien, entorpecemos la realidad de misterio que tiene la vida.


Jesús no dio ninguna explicación.


Tal vez, esa omisión que cuenta el evangelista San Juan, sea, ya, una práctica de Ecumenismo, porque, es, que, hay cosas que no ameritan explicación, y nos hemos convertido en más sabedores que todos, y para todo encontramos explicación; cuando la vida y la muerte, no la tienen. Y, la Iglesia, que es movida por el Espíritu Santo, está haciendo comprender, que, es mejor guardar silencio; porque, es un silencio, primero, de ignorancia, porque no se sabe, de hecho, así seamos sabelotodo.


San Juan, el evangelista, en ese silencio de Jesús, con el que no dice es que no podía venir, y es que no quiso venir porque se quedó sabiéndolo aún, no vino; sino que más bien dio gracias porque esa enfermedad de su amigo Lázaro iba a ser para glorificar a Dios, así lo dijo:


--  «Esta enfermedad no es de muerte, es para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.»


Y, aquí, en este punto se suceden muchas cosas, que hacen pensar que el Espíritu Santo nos está llevando este año, 2025, para que tomemos como Ecumenismo cosas como: 


-- Enseguida nos ofrecemos a ir rápido a hacer cosas para sanar, curar y levantar al enfermo, porque, le impongo las manos, por una parte; por otra lo unjo con aceites y cosas de esas; o me pongo a orarle...y de seguro...el enfermo se cura, se sana ... seguro que sí.


Y, resulta, que,  Jesús no fue.


-- !¿Será que el Espíritu Santo, en este año, nos está diciendo: No; por ahí no es la fe; y nos está diciendo hagan Ecumenismo; es decir, únanse en criterios de unidad para no creerse que unos sí curan porque oran, y si oran para sanar y levantar; y todas cosas y creencias los tiene divididos y confrontados, porque, es que nadie ni nada tiene ese poder, que Jesús no ha dado?


Y, en esa no ida de Jesús, haya, ya, Ecumenismo. Y, el Espíritu Santo esté soplando por ahí, para que todos, absolutamente todos, dejemos de creernos que unos sí tienen poderes, y otros no, en esas cosas tan serias y delicadas; y entonces, sea, más bien, un año de gracia este año 2025, para que caigamos en la cuenta que estamos divididos, porque, el Evangelio y Jesús y su mensaje van por la izquierda y nosotros por la derecha, cuando no hay dos vías, sino una sola; y eso mismo lleve a hacer Ecumenismo para afuera, como lo estamos haciendo hoy, con otros grupos religiosos; pero, que, primero haya que hacerlo para dentro en nuestras manifestaciones, ad intra, pues dentro estamos más divididos todavía, porque, unos se sienten que tienen poder de esto y de aquello con solo orar, imponer las manos, cantar, bailar, y decir esto y aquello en forma y formulas, prácticamente, de magia y encantos.


Volvamos con Marta.


Y, nada de eso le dijo  Jesús a Marta, en relación a que por qué no fue. Solo guardó silencio. No explicó, no se justificó, no dio ninguna otra explicación.


-- ¿Será eso Ecumenismo?


Y, pensar, que nosotros, unos y otros, tenemos explicación para todo, y como sabemos mucho, mucho hablamos, y explicamos cosas, como:


-- Dios está probando su fe 

-- Tranquilo, o tranquila, es que Dios sabe lo que hace...y hacemos charla y nos hacemos sabedores...


Entonces, Jesús le dice a Marta:


«Tu hermano resucitará.»


 Le respondió Marta: «Ya sé que resucitará en la resurrección, el último día.»


Y, aquí, hay un dato muy importante de Marta, en su personalidad, de no callar nada y de decirlo. Hubiese sido interesante conocer personalmente a Marta, porque tiene una manera de ser fascinante, y es la misma Marta que en otra ocasión le reclama a Jesús porque su hermana María la ha dejado sola en la cosas de la cada cuando Jesús los fue a visitar; y, es, que, Marta, igualmente, no se queda callada, y le dice, en otras palabras que no le consuela eso de la resurrección; y que eso será en el último día; es decir, en un después de después, en un infinito que no tiene manera de medirse. Será cuando será.


Entonces, Jesús le respondió:


 «Yo soy la resurrección El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?»


Y, viene la pregunta que el Espíritu Santo está haciendo, ahora, en el 2025, sea el tema de la jornada de oración por la unidad de los cristianos: "¿Crees esto?".


Y, aquí, hay que guardar silencio; pero un silencio que sea ECUMENISMO; es decir, un silencio que diga que no se sabe. Y, quizás, sea eso lo que quiere el Espíritu Santo, que no nos hagamos sabedores; porque estamos siendo muy expertos de cómo es y será la resurrección y todas esas cosas.


Marta, inmediatamente, le dice a Jesús:


-- «Sí, Señor, yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que iba a venir al mundo.»


Si crees, ¡¿Será, entonces, que, no olvides que no vine, primero, cuando me avisaron que Lázaro, mi amigo, Lázaro, tu hermano, estaba enfermo, y pude haber venido enseguida, pero, “era que se trataba de la gloria del Padre”; segundo, no te doy explicaciones, porque, es, que, así es la vida Dios, el Padre la ha hecho así, y es su voluntad lo que se hace, y eso hice, Marta; tercero, Marta…silencio de Dios, Marta…?


-- !Guao!

-- !Maravilloso!


-- ¡¿Será todo eso Ecumenismo?


-- Y, ¡¿El silencio será, ya, Ecumenismo?


-- ¡Uppppppps!

-- ¡Interesante!


Y, colorín-colorado; esta intervención mía ha terminado.


Fin


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