viernes, 30 de agosto de 2024

UN CUENTO DE SOBRE SENTIMIENTO

 UN CUENTO DE SOBRE SENTIMIENTO 

P. Daniel Albarrán 

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Érase una vez...

Día viernes.

Desde la madrugada 
no había servicio de electricidad.

Las cosas del día a día
iban.

Vivos,
que es lo más importante.

Lo demás,
añadidura y bondad de Dios.

Y, en la mañana 
en el rezo de los laudes 
en un de repente, en sorpresa,

la oración de los fieles 
había una petición 
que enganchaba.

Decía:

-- haz que, desde el amanecer, 
desaparezca de nosotros
 todo sentimiento malo.

Y, en esa petición 
la atención se quedó pensando.
Tal vez, interiorizando.
Tal vez, haciendo pensamiento 
y pensando en sorpresa, que:
-- amanecemos
-- con sentimiento malo.
Y, eso llamó la atención.
Y, fue sorpresa.
Y, la petición es, que:
-- desaparezca 
-- todo sentimiento malo
-- desde temprano-tempranito.

-- ¡Uppppppps!
-- ¡Impresionante!
Y, colorín-colorado; este cuento se ha acabado.
Fin

domingo, 25 de agosto de 2024

UN CUENTO DE SOBRE CARNE

 UN CUENTO DE SOBRE CARNE 

P. Daniel Albarrán 

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Érase una vez...

Domingo 25 de agosto.

El Evangelio del día 
decía, que:

-- Jesús dijo:
-- «Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí si el Padre no se lo concede».

-- Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él.

-- Entonces Jesús les dijo a los Doce:
-- «¿También vosotros queréis marcharos?».

-- Simón Pedro le contestó:
-- «Señor, ¿a quién vamos a acudir? 

-- Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios».

Era que Jesús 
venía hablando, que,
Él era el pan vivo 
bajado del cielo,
y que quien coma
de su carne,
tiene vida eterna.

Y, seguía hablándoles 
de esa manera.

Debió ser muy díficil 
escuchar todo aquello:

Su carne,
pan vivo,
vida eterna,
y esas cosas.

Y, ciertamente,
debió ser muy díficil oir eso.

Hasta aterrador, más bien:

¡Comer su carne...!
¡Complicado!

Además, sus palabras, decía,
son vida,
es espíritu y vida.

Y, empezaron
a irse,
a no seguir con Él.

Sin embargo, dijo
una cosa interesante:

-- «Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí si el Padre no se lo concede»

Y, enseguida, las preguntas en sorpresa:

-- ¡¿Si el Padre no se lo concede?!

-- Y, es, que, 
¡¿El Padre no lo puede conceder 
a todos, sino a los que Él se lo conceda?!

-- Y, ¡¿A quiénes sí; y a quiénes no?!

Y, Jesús viendo
que se estaban yendo,
-- les dijo a los Doce:

-- «¿También vosotros queréis marcharos?».

Entonces, 
Simón Pedro le contestó:

-- «Señor, ¿a quién vamos a acudir? 

Tú tienes palabras de vida eterna; 
nosotros creemos y sabemos 
que tú eres el Santo de Dios».

Más no dice, sin embargo,
que el Padre le concedió 
a Pedro, al menos, 
quién fue el que dijo,
de ir donde Jesús 
y con Jesús.

Pareciera, en todo caso,
que Pedro, más bien, se adelantó,
y tomó la iniciativa:

-- Simón Pedro le contestó:
-- «Señor, ¿a quién vamos a acudir? 

-- Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios».

Y, Pedro, entonces,
reconoce, que 
"Señor, a quien vamos a acudir".

-- ¡Uppppppps!
-- ¡Interesante!

Y, colorín-colorado; 
este cuento se ha acabado.

Fin

martes, 20 de agosto de 2024

UN CUENTO DE SOBRE RICOS Y CAMELLOS

 UN CUENTO DE SOBRE RICOS Y CAMELLOS

P. Daniel Albarrán 

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Érase una vez...

El evangelio del día 
decía, que:

En aquel tiempo, 
Jesús dijo a sus discípulos:

-- «En verdad os digo que difícilmente 
entrará un rico en el reino de los cielos.

-- Lo repito: más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, 

-- que a un rico entrar en el reino de los cielos».

-- Al oírlo, los discípulos dijeron espantados:

-- «Entonces, ¿quién puede salvarse?».

Y, es para quedarse 
pensando y pensando,

porque, en el relato 
del Evangelio del día anterior,
Jesús le había contestado 
al que le preguntó 
qué había que hacer 
para conseguir la vida eterna,

y, Jesús le había contestado 
que cumpliera 
los mandamientos universales 
(los de Noé),

porque fue 
los que citó y trajo.
Eso era suficiente,
aunque, le dijo que
vendiera todo 
para darlo a los pobres.

Y, ahora, Jesús dice 
que es difícil 
que un rico se salve,
y que es más fácil 
que un camello 
entre por el ojo de una aguja.

Y, aquí, se complica la cosa.

Porque,
en nuestra historia reciente 
eso, tal cual,
del camello y la aguja,
y lo de rico,
fue un estandarte 
para un proyecto social de vida.

Y, nos trajo 
graves problemas.
Se justificó 
la confrontación pobre-rico,

y fue lema y praxis,
y fue tarea.

Y, aquí,
está el atolladero,
porque, 
no era para confrontación social;
ni mucho menos, un programa.

Es, que, Jesús
lo proponía como 
disponibilidad interior y personal 
de desapego material 
frente al proyecto 
de Dios 
de no poner el corazón 
solo en lo material,

porque,
para con Dios,
de nada sirven las riquezas materiales.

Es el desapego a lo de aquí,
para disponer el corazón 
en Dios.

Y, nunca era
un programa social de vida;

y, si una propuesta 
de vida personal
en relación a Dios,
relativizando
lo pasajero.

Además,
eso de que es más fácil 
que un camello 

pase por el ojo de una aguja,
nunca lo he entendido.

Y, por mucho que 
en mi imaginación 
estripe al camello 
nunca lo logro pasar
por ese ojo de esa aguja.

Y, pienso,
o, que no es de la aguja 
que yo conozco para cocer,
o no es el camello 
del desierto que yo conozco 
para meter por la aguja.

O, es de otra aguja,
y de otro ojo de la aguja;
o, es de un camello desinflable,

o, todavía no hay ese camello 
que se achique 
para pasar por la aguja que yo imagino.

-- ¡Uppppppps!
-- ¡En todo caso, complicada la cosa!

Y, es que si lo es.

Y, colorín-colorado;
 este cuento se ha acabado.

Fin

lunes, 19 de agosto de 2024

UN CUENTO DE SOBRE SER BUENO

 UN CUENTO DE SOBRE SER BUENO 

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P. Daniel Albarrán 

Érase una vez...

Día lunes.
El evangelio del día 
decía, que:

-- En aquel tiempo, se acercó uno
 a Jesús y le preguntó:

–Maestro, ¿qué tengo que hacer de bueno, 
para obtener la
vida eterna ?

Jesús le contestó:

–¿Por qué me preguntas qué es bueno? 
Uno solo es Bueno.

Mira, si quieres entrar en la vida, 
guarda los mandamientos.

El le preguntó:
–¿Cuáles?

Jesús le contestó:

–«No matarás, 
-- no cometerás adulterio, 
-- no robarás, 
-- no darás falso testimonio,
-- honra a tu padre y a tu madre,
-- y ama a tu prójimo como a ti mismo».

El muchacho le dijo:

–Todo eso lo he cumplido. 
¿Qué me falta?

Y, a este punto 
la cosa se torna super interesante,
porque,
por un lado,

estaban los famosos
613 mandamientos
en los que se derivaba 
La Ley (la Torá).

Ya la misma palabra Torá 
contenía 612,
en valor numérico,
usando le gematría,
método hebreo 
de dar valor numérico 
a cada letra.

Así, Torá (la palabra Torá)
contenía en si misma 
el valor de 612,

y se le sumaba el propio mandamiento que mandaba cumplir 
toda esas Leyes,

daba y da, entonces, 613,
que son los puntillosos
mandamientos 
en la estricta tradición judía.

Y, en los Evangelios 
se cuenta, que,
Jesús criticaba esa rigurosidad 
en cuanto a la Ley,

y los simplificaba
en lo que ya aparece simplificado 
en el libro del Levítico y del libro 
de Deuteronomio: amar a Dios,
y amar al prójimo.

Ya lo había simplificado 
el Rey David (Salmo 23, 3-5):

-- ¿Quién puede subir al monte del Señor?
-- ¿Quién puede estar en el recinto sacro?:

-El hombre de manos inocentes,
y puro corazón,

-- que no confía en los ídolos
-- ni jura contra el prójimo en falso.

-- Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.

El Re David 
los redujo a cinco.

Ya estaba reducido, igualmente,
a los mandamientos de Noé,
que eran siete,
los mandamientos universales.

Y, Jesús, prácticamente,
se mantiene, según el Evangelio de hoy, 
en siete, igualmente.

Y, en otros pasajes,
solo a dos.

Lo interesante está 
en que, 

primero: 
el muchacho tiene razón 
en preguntarle a Jesús,
sobre cuáles mandamientos.

Y, es que había tres grupos de mandamientos:

-- los de Noé (los universales)
-- los 613 (los de la Torá)
-- los del Rey David (los de Sión).

Y, Jesús, les dice, que,
practicamente los de Noé.

Y, segundo:

después,

los Apóstoles, según los Hechos de los Apóstoles,
son los mandamientos universales de Noé los que quedan vigentes 
para cumplir,
porque no se trata de la circuncisión de la carne...

-- ¡Ummmmmm!
-- ¡Interesante!

Y, colorín-colorado; 
este cuento se ha acabado.

Fin.

domingo, 18 de agosto de 2024

UN CUENTO DE SOBRE PAN VIVO

 UN CUENTO DE SOBRE PAN VIVO

P. Daniel Albarrán 

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Érase una vez...

Domingo 18 de agosto.

Nada nuevo.
Todo viejo.

Lo viejo: 
lo de siempre:
La rutina.

Lo cotidiano.
Lo nuevo: 
La novedad de lo cotidiano:
La sorpresa.

Sin sorpresa: 
Viejo hasta lo nuevo.
Con sorpresa:
Hasta lo viejo es nuevo;
más nuevo lo nuevo, aún.

Sorpresa 
del cotidiano.
!Maravilloso!

Y, el Evangelio del día 
decía, que:

-- En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:
– «Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo;
-- el que coma el que coma de este pan vivirá para siempre. 

-- Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.»

-- Disputaban los judíos entre sí:
– «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?»

Es, que, aquella afirmación 
de Jesús 
era demasiada nueva,
y no había ni siquiera viejo
en lo que decía.

Nadie antes 
lo había dicho:

-- Yo soy el pan vivo 
-- bajado del cielo.

Por una parte,
ya, lo del pan
si era viejo, porque,
todo pan, de hecho,
viene del cielo.

En Génesis 1, 11
y en Génesis 2, 4-5,
ya se había dicho:

-- La primera:
Dijo Dios: «Produzca la tierra vegetación: 
hierbas que den semillas y árboles frutales que den fruto, de su especie, 
con su semilla dentro, sobre la tierra.» 

-- Y así fue.
Y, la segunda:

-- El día en que hizo Yahveh 
Dios la tierra y los cielos,

-- no había aún en la tierra arbusto alguno del campo, y ninguna hierba del campo había germinado todavía, 
pues Yahveh Dios no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre que labrara el suelo.

Viejo:
El pan viene del cielo:
las lluvias, la vegetación,
los frutos, 
y todo eso.

Pero, lo nuevo está 
en que Jesús, dice, ahora,
dos cosas nuevas:

La primera:
-- Yo soy el pan
-- pan vivo.

Ahí lo nuevo.

Lo viejo: bajado del cielo.
Todo pan, de hecho,
viene del cielo.

Ahora:
-- pan vivo.
Y, aquí,
viene, entonces,
la comparación:

-- Si hay pan vivo
-- entonces, hay pan muerto.

Y, aquí,
es solo guardar silencio,
-- porque:
-- pan vivo
-- pan muerto.

Y, las preguntas se asoman,
porque las preguntas son asomadas y curiosas:
-- ¿Cuándo un pan, que es venido del cielo,
-- es pan muerto?

-- Y, ¿Cuándo un pan, 
que es bajado del cielo,
es pan vivo?

-- ¿Qué es lo que hace que 
-- ese mismo pan,
-- bajado del cielo (todo pan)
-- sea vivo, o sea pan muerto?

Ya todo pan, de hecho,
hace la voluntad de Dios,
que es alimentar.

Y, ¿Cuándo el pan no alimenta,
y, por consiguiente,
no hace la voluntad de Dios?

Y, la voluntad de Dios 
es que alimente.

Y, ¿Cuándo el pan deja de alimentar?

-- ¿Será esa la diferencia 
-- con Jesús,
-- que es el pan vivo?

Y, queda sobreentendido,
que es bajado del cielo,
ya que todo pan baja del cielo.

Y, ¿Cuándo el pan hace la voluntad de Dios?
Porque, queda evidenciado, que,
así como hay vivo,
es que, porque, hay pan muerto.

Y, Jesús,
hace la voluntad de Dios.

Y, Jesús 
es el pan vivo...

-- ¡Ummmmmmm!
-- ¡Lo nuevo de lo viejo!
-- ¡Interesante!
-- ¡Intrigante, más bien!

Y, colorín-colorado; 
este cuento se ha acabado.

Fin

jueves, 15 de agosto de 2024

UN CUENTO DE SOBRE GRACIAS, MAS BIEN

 UN CUENTO DE SOBRE GRACIAS, MAS BIEN 

P. Daniel Albarrán 

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Érase una vez...

Día jueves.

Era, ya, la hora 
de la exposición del Santísimo,
y adoración:

Las tres y cincuenta 
de la tarde.

Y, se iba haciendo 
la jaculatoria de adoración 
y de alabanza:

-- Bendito y adorado 
-- sea el Santísimo Sacramento del altar.

Y los que ahí estaban respondian la parte que corresponde:

-- Sea por siempre 
-- bendito y adorado.

Y, según lo que se manda,
entonces, se pedia por
el Papa, por el Obispo,
por los sacerdotes,

porque es
Jueves Sacerdotal.

Y, también,
se pide por la vida
y todo eso.

Y, también,
se pidió por Venezuela.

Y, en eso,
hubo un cambio,
y se dijo:

-- Te damos gracias, Señor,
-- por Venezuela.

Y, se rezó
lo que se manda que se rece:
se rezó, de inmediato,
UN PADRENUESTRO.

Y, se guardó silencio.

Y, así,
tres-cuatro veces más.

Y, era, más bien 
en acción de gracias:

-- Te damos gracias, Señor,
-- por Venezuela.

Y, el cambio es, que, Jesús 
nos mandó, que, principalmente
demos gracias.

Realmente,
interesante.

-- Gracias, Señor,
-- por Venezuela.

Y, colorín-colorado; 
este cuento se ha acabado.

Fin

domingo, 11 de agosto de 2024

UN CUENTO DE SOBRE PAN DEL CIELO

 UN CUENTO DE SOBRE PAN DEL CIELO 

P. Daniel Albarrán 

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Érase una vez...

En una de generalizar
habría que decir:

Por una parte, 
y contar lo de esa parte;

y, por otra parte,
contar, igualmente,
lo de esa parte.

Y, es que había muchas partes 
de las por hablar.

Al menos, 
tres por una parte.
Porque, por una parte,
estaba lo de Venezuela 
del post 28 de julio 2024,
que estaba siendo muy complicada.

Y, en una de por ahí no,
no nos metamos
porque "por ahí espantan";

y era mejor decir, que:

-- "Es mejor que digan
-- que: aqui, corrió un cobarde,
-- a que digan: aquí murió un valiente".

Por la sencilla razón 
de que es mejor un cobarde vivo,
que un valiente muerto.

Y, ya, por esa parte del "por una parte",
estaba abordado;
aunque, realmente, no.

-- "Más vale prevenir,
-- que lamentar".

En el "por otra parte",
del por otra parte:

Se estaba llegando, ya,
a la final de las Olimpiadas en Paris, 2024.

Y, era de lamentarse
porque por nuestra realidad,
de aquí, de esta primera por otra parte, 
no se tuvo tiempo de mirar en vivo y en directo vía satélite, o por internet, las múltiples competencias.

Y, era, que, no teníamos tiempo mental,
 ni tiempo emocional 
para mirar más allá,
ya que nuestro acá 
estaba siendo,
en una de 

-- ¡Chito, mijito!, que,
-- ¡Callado, te ves mejor".

En una de apenitas callado;
pero, "con la procesión por dentro".

Y, por otra parte de otra parte,
el Evangelio del domingo 11 de agosto 
hablaba, que:

-- En aquel tiempo, los judíos criticaban a Jesús porque había dicho: 

-- «Yo soy el pan bajado del cielo», 
y decían:

-- «¿No es éste Jesús, el hijo de José? 

-- ¿No conocemos a su padre y a su madre?
--  ¿Cómo dice ahora que ha bajado del cielo?»

-- Jesús tomó la palabra y les dijo:

-- «-No critiquéis.
-- Nadie puede venir a mí, 
si no lo atrae el Padre que me ha enviado. 

-- Y yo lo resucitaré el último día.

Y, entonces,
nos quedamos pensando 
en cómo hacer para juntar, 
por ahora, esas tres partes de el "por una parte".
de estas nuestras realidades,
en clave de resurrección,

que es lo que nos cuenta el Evangelio de hoy.

Porque, igualmente,
en las dos primeras por una parte puede que quede
un malestar por lo que es,
por lo que no fue,
y por lo que sigue siendo.

Y, esas dos de por una parte,
son como son.

La de Las Olimpiadas ya dejarán de ser y quedarán los vídeos en YouTube para verlos después.

Y, ¿en el de por una parte 
de la otra que es la más importante,
 por ahora?

Es, cuando hay que resucitar.

Pero, se resucita 
con el pan que da Jesús,
y que es el mismo Jesús.

--- ¡Ufffggggg!
-- ¡Entonces, necesitamos 
-- muuuuuuuucho de ese pan!

-- ¡Uppppppps!
-- ¡Impresionante!

Y, colorín-colorado; 
este cuento se ha acabado.

Fin

sábado, 10 de agosto de 2024

UN CUENTO DE SOBRE GRANO DE TRIGO

 UN CUENTO DE SOBRE GRANO DE TRIGO

P. Daniel Albarrán 

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Érase una vez...

10 de agosto:
día de San Lorenzo.

Y, lo primerito
que vino al recuerdo
fue la señora Adelaida,
una señora que nació,

y vivió en San Lorenzo,
por los lados de San Pablo,
de por las geografías de Caigua,
Estado Anzoátegui.

Y, así como San Pablo
en sus cartas se acordaba
de este y de aquel 
y les mandaba saludos,
y algunas recomendaciones,
también yo.

No que me parezca
y sea San Pablo,
sino que me acordé, de inmediato, 
de la señora Adelaida.

Gente buena.
Gente masisa de lo buena.
Gente echada pa'lante
en la crianza de su familia.

Gente conversadora
de todo y con todos,
y amiga con lo que considera amigos.

Y, era de San Lorenzo.
Y, en San Lorenzo, queda 
como muestra y vestigio

las ruinas de la Iglesia de San Lorenzo,
rastros de presencia de Iglesia 
en los monjes que allí fundaron
comunidades,

y, que sembraron Evangelio,
también sembraron vida cristiana,
y, como muchos,
los abuelos y los bisabuelos
de que aquella señora 
de nombre Adelaida.

Y, la lectura del Evangelio 
del día decía, que:

-- En aquel tiempo,
 dijo Jesús a sus discípulos:
-- «En verdad, en verdad os digo:

-  si el grano de trigo no cae 
en tierra y muere, 
- queda infecundo; pero si muere,
 da mucho fruto.

-- El que se ama a sí mismo, 
se pierde, y el que se aborrece 
a sí mismo en este mundo, 
-- se guardará para la vida eterna.

-- El que quiera servirme, que me siga,
--  y donde esté yo, allí también 
estará mi servidor; 

--a quien me sirva, el Padre lo honrará».

Y, era que seguía 
agradecido a Dios 
de haber conocido a la señora Adelaida.

-- ¡Ummmmm!
-- ¡Interesante!

Y, colorín-colorado; 
este cuento se ha acabado.

Fin

viernes, 9 de agosto de 2024

UN CUENTO DE SOBRE HEROE Y SOBRE SANTO

 UN CUENTO DE SOBRE HEROE Y SOBRE SANTO

P. Daniel Albarrán

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Érase una vez...

Se estaba en una de confrontación
en asuntos de criterios,
y de perspectivas.

La situación era 
la situación país-Venezuela.

Y, había que precisar, primero,
que no es lo mismo, ni igual,
perspectiva que criterios.

Perspectivas tiene que ver
con apreciaciones
 e interpretaciones de la verdad;
y hay evolución,

y hay cambios, y hay aprendizaje, porque la apreciacion de la verdad
conlleva un proceso,

y hace cambiar de puntos de vista, precisamente, 
porque se crece, se aumenta,

y hace comprender que se puede pensar mejor,
y se puede pensar distinto.

Implica crecimiento.
Implica y comporta evolución.

Nunca estancamiento.
Y, criterios es la exposicion
en ideas, en palabras,
en conceptos
de los puntos de vista que se tengan.

Y, tienen como fundamento 
la perspectiva,
que puede cambiar,
que es la aproximación a la verdad.

Es de sabio,
cambiar de opinion.
Porque se está en búsqueda 
y en apertura,
y la verdad se hace la encontradiza, y se deja encontrar.

Y, la encuentra el que la busca.

Y, así, entonces,
no es igual ser héroe,
que ser persona santa.

El santo todo lo somete
a como que todo es voluntad de Dios.

Si sucede esto, es voluntad de Dios.

Si sucede aquello, igualmente,
 es voluntad de Dios.

Y, si sufre,
ese sufrimiento lo convierte en ascesis y ejercicio para conformarse a que todo es voluntad de Dios.

Y, cultiva todo en ese enfoque,
que es espiritual.

Y, cuando por razones lógicas humanas 
siente que es rebelde,
entonces, corre a confesarse sacramentalmente,
y pide asesoría a su confesor
como su guía espiritual,

porque siente horriblemente
que no sabe aceptar la voluntad de Dios.

Y, se siente pecador.

Y, hasta puede sentir que es 
obra del diablo que lo aparta de Dios,
 si no tiene buen equilibrio emocional 
y de fe cultivada.

Y, el héroe, por otra parte,
busca hacerse sentir 
y hace valer su voz,
especialmente,

cuando siente que le han sersenado 
sus derechos como persona;
y como se siente burlado,
entonces, grita e insulta,

tira piedras, y se hace acompañar de otros
para tener fuerza en su grito
y en su reclamo,
por demás justo.

Entonces,
no es lo mismo ser santo,
que ser héroe.

Y, ¿se puede ser héroe y santo, a la vez?
Y, ¿un santo tiene que ser un héroe?

Entonces, más bien,
es cuando un santo es un místico,
y su heroismo es su ejercicio de conformar su voluntad a la de Dios.

Y, hay gente santa entre nosotros:
los que padecen enfermedades de años y años,
los que por muy poco salario 
hacen el trabajo de enfermeras, de médicos, y otros trabajos mal remunerados;

y reciben a pago
ingratitudes y mal trato.

Si. Si.
Hay santos.

Y, ¿hay héroes?

Es que, en cierta manera,
esa santidad requiere mucho de heroismo.

Pero, muuuuuuuuuuuucho de fe.
Demasiada fe, más bien.

Y, ¿un santo no hace valer sus derechos?

Si no los hace valer,
ya, entonces,
es humillación.

Y, ¿una persona santa tira piedras y rompe la propiedad privada, por ejemplo; 
y tranca calles no dejando paso de ida y de venida, obstruyendo, absolutamente, toda la calle, en otro por ejemplo;

 y cuando invade un hogar y arbitrariamente hace mal uso de su rol de autoridad arrebatando y desmembrando brutalmente familias?
 
Si es santo,
y es hombre de fe,
no aumenta una injusticia,
ni tampoco crea una injusticia.

Y, si la comete,
como es persona de fe,
le duele el corazón,
porque ha hecho daño,
y eso va contra la voluntad de Dios.

Y, ¿Un héroe puede llegar a ser santo?

Si en su heroismo 
no perjudica a terceros,
mucho menos a la persona humana, 
y respeta la libertad,

y no agrede arbitrariamente,
y no agranda una injusticia 
con otra justicia mayor,
entonces,
tiene en sí todos los elementos 
de la santidad;

y, si, sobretodo,
su conciencia le ayuda a distinguir 
que lo malo es malo,
aquí y allá, y siempre;

y que lo bueno es bueno,
también, aquí y allá;

y hace lo bueno porque es bueno 
hacer lo bueno;
y no hace lo malo, porque
es malo hacer lo malo;

entonces,
su conciencia es la mismísima 
voz de Dios que puso en medio 
del jardín del Edén 
el arbol del bien y del mal.

Y, ya es su uso de la libertad.

Y, es cuando hace ejercicio consciente 
de vivir en EL REINO DE LOS CIELOS, 
que aparece prefigurado en el libro de Isaías:

-- el lobo pastará con el cabrito,
-- la vaca y el oso juntos comerán pasto.

Tal vez, se convirtiera en héroe
sin hacer daño;

y ya tendrá la semilla, 
igualmente, para ser santo.

Y, eso es, ya,
un cambio de perspectiva,
y también de criterios,

y habrá evolucionado en la verdad como proceso.

Cambia la perspectiva
porque esta se acerca a la verdad;

y, por supuesto, 
cambia de criterios.

-- ¡Ummmmm!
-- ¡Interesante!

Y, colorín-colorado; 
este cuento se ha acabado.

Fin

jueves, 8 de agosto de 2024

UN CUENTO DE SOBRE PUEBLO

 UN CUENTO DE SOBRE PUEBLO

P. Daniel Albarrán 
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Érase una vez...

Salio el sol, hoy,
como salió ayer.
Nada nuevo.

Todo lo mismo de lo mismo:
Nada nuevo bajo el sol
(libro del Eclesiatés):
Vanidad de vanidades.
Todo es vanidad.

Y, ese círculo 
de nunca acabar,
había que hablar 
de pueblo.

Y, precisar pueblo de pueblo,
y colocar algunas 
cosas importantes,
también, necesarias.

Y, lo primero es decir 
que Venezuela es pueblo,
y no es pueblo, al mismo tiempo.

Es pueblo,
porque es un conglomerado de gente,
con la característica de que
no es homogeneo;

es decir, una misma masa uniforme,
donde todos piensan, comen,
visten, hablan, sienten, opinan
IGUAL.

Ni Venezuela.
Ni en ninguna parte del mundo.

Al contrario,
Venezuela es un pueblo heterogeneo:

el mismo conglomerado,
pero todos distintos,
en el comer, vestir, pensar,
opinar; etcetera.

Y, de origenes étnicos diversos.

La segunda aproximación
es que, pueblo, es visto
como el resto de gente
distinta del grupo del gobierno.

Entonces,
pueblo es gente opuesta a gobierno;

y, pueblo, también es visto 
como gente
a la que los que ejercen gobierno,
y los que el gobierno tiene 
que servir,
precisamente, porque es pueblo.

Y, hay una fuerza natural opuesta y a favor al pueblo,
por los que son gobierno;

opuesta, porque el pueblo,
a veces, pasa a ser un fenomeno social infranqueable 
al que tiene que estar sometido
 el que hace rol gobierno;

y, a favor,
porque pueblo es el estandarte 
en el que se ampara los del rol gobierno para justificar sus decisiones.

Entonces,
pueblo, es y no es.

Y, usando el recurso de las parabolas de Jesús:
pueblo, se parece.

No es.
Se parece.
Se parece.
No es.

Teecero:
Venezuela, se parece, no es
"Pueblo de Dios".

Se parece a "pueblo de Dios".
Pero, aunque es "pueblo de Dios", 
porque lo es y se parece.

No es "el pueblo de Dios",
que si lo es en toda su esencia,
el pueblo de Israel,

al menos el del Antiguo Testamento,
 según la Biblia.

Y, lo que hacía "el pueblo de Dios"
 era el pacto y la alianza con Dios.

Y, la alianza era, que,
ese pueblo cumpliera las diez grandes Leyes
 (de las que se derivan 613 mandamientos).

Y, la principal de la principal
era sobre la idolatría:
"No adorarás otros dioses".

Y, entonces,
eso que lo hacía "el pueblo de Dios",
dejaba de serlo cuando 
adoraba otros dioses,
y, ya no era el pueblo de Dios;
y no era, y no se parecía.

Y, eso es toda la historia de pueblo de Dios.

Y, en el caso de Venezuela,
no es, aunque se parece
al pueblo de Dios,

cuando cumple en vivencia de fe
 las diez grandes Leyes de Dios.

Y, Venezuela, de por muy lejos,
no es el pueblo de Israel 
del Antiguo Testamento;

mucho menos,
al Israel de ahora,

que, en muy poco se parece al Israel,
 igualmente, del Antiguo Testamento.

Y, decir, que,
cuando nos referimos a Venezuela,
 como pueblo, que,
es el mismo pueblo de Israel,
al pueblo de la alianza,

estamos, definitivamente,
desfazados,
y estamos confundiendo 
pueblo de pueblo;

porque, es que,
Venezuela ni es el pueblo de Dios, 
aunque se parece,
porque peregrina
también por el desierto
en clave de fe;

ni es el pueblo de Dios,
como si fuera el mismo,
sino en proyección,

igualmente, en clave de fe,
desde donde se inspira
para seguir creyendo.

-- Entonces, no es
-- sino que se parece.

-- ¡Ummmmmmm!
-- ¡Interesante!

Y, colorín-colorado; 
este cuento se ha acabado.

Fin

miércoles, 7 de agosto de 2024

UN CUENTO DE SOBRE MIEDO

 UN CUENTO DE SOBRE MIEDO

P. Daniel Albarrán 
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_____________________

Érase una vez...

Era día martes.
Y, los tiempos de los tiempos 
estaban muy tumultuosos.

Y, de eso se hablaba.

Uno dijo, que,
se trataba de perspectivas;

es decir de maneras individuales 
de ver distinto una misma realidad;

y, de que, cada cual ve y siente distinto del otro;
y el otro del otro.

Y, que, de eso se trata:

sentir distinto,
pensar distinto,
opinar distinto.

Por la sencilla razón 
de que somos distintos.

Entonces, se estaba 
hablando de el miedo.

Uno dijo, que,
se tenía miedo.

Él mismo tenía miedo.

Entonces, un otro 
alzó la voz y dijo, que,

-- ¡No se puede tener miedo!
Y, esgrimió sus razones.

Y, ya, su manera de hablar 
por lo impositivo e imponente, 
daba susto y miedo hasta escucharlo.

Otro, igualmente,
dijo, que,
es imposible tener miedo.

Y trajo citas de la Biblia 
donde aparecía que 
"no hay que tener miedo",
y la razón que daba es, que:

-- En la Biblia dice
-- que no hay que tener miedo.

Y, yo,
que estaba ahí pensaba, 
más bien, asustado de escuchar a aquellos 
que decían que no hay que tener miedo,
que, es que se tiene miedo.

Y, pensaba, igualmente,
en Moisés, que tuvo miedo
 cuando lo de la zarza ardiente;
y en otras ocasiones,
cuando Abraham 
hizo pasar como su hermana a su esposa Sarahí ante un poderoso de su tiempo.

Y, en Jacob,
cuando huía de la furia de su hermano Esaú porque le había robado
 la bendición de su padre Isaac.

El mismo Jacob 
cuando el sueño de la escalera.

En Moisés 
cuando no quería ir a hablar con el faraón, 
por una parte;

y, por otra parte,
cuando Moisés con el pueblo, 
apenas salidos de Egipto,
se vio acorralado por el
 ejército egipcio por una lado,
 y por otro lado el Mar Rojo, 
y no sabía qué hacer.

Y, pasaron por mi mente 
en memoria fugaz
otros casos de mucho miedo.

Y, uno de los que decían 
que:

-- ni hay que tener miedo 
-- la Biblia lo dice.

Y, yo, seguía entretenido 
recordando, que:

-- Jesús tuvo miedo cuando:

-- no quería pasar por Samaria,
porque no lo querían;

-- que varias veces
-- se escabulló cuando lo Iban a despeñar, 
y se escurrió en medio de la gente.

-- que, Jesús,
-- tuvo miedo en el Huerto de los Olivos:
-- Dios mío aparta, si es posible, este cáliz.

-- que, Jesús, tenia miedo 
-- en la última cena:

-- uno de ustedes me va a entregar.

Y, no se diga de Pedro Apóstol.

Ese si que tenía miedo.

Y, no se diga de todos los demás apóstoles 
después de la crucifixión de Jesús:
-- estaban a puertas cerradas 
-- por miedo a los judíos.

Y, no se diga de Zacarías 
el papá de Juan el Bautista;
y, de la misma virgen María;
al punto que el ángel Gabriel les dice a los dos,  en sus respectivas apariciones:

-- No temas.

Y, aquellos dos,
que hablaban vehemente 
seguían diciendo:

-- No hay que tener miedo.
-- En la Biblia se dice.

Y, daba miedo, más bien,
de eso que decían.

Y, yo, más bien,
estaba asustado de que aquellos dos 
no tuvieran miedo.

-- ¡Ummmmmm!
-- ¡Interesante!

Y, colorín-colorado; 
este cuento se ha acabado.

Fin

martes, 6 de agosto de 2024

UN CUENTO DE SOBRE TRANSFIGURACIÓN

 UN CUENTO DE SOBRE TRANSFIGURACIÓN 

P. Daniel Albarrán 
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Érase una vez...

6 de agosto,
día de la Transfiguración de Jesús.

Y, el texto del Evangelio 
decía que al resplandecer Jesús 
aparecieron a su lado
Moisés y Elías.

Y, es que, en el caso
de Moisés 
también hubo transfiguración,
cuando Moisés subió al Monte.

Y, hay parecidos y hay diferencias en los dos relatos:
en los del libro del Éxodo 
con Moisés,
y en los Evangelios sinópticos con Jesús.

En el caso de Moisés,
Dios Yahveh lo mandó a que subiera al Monte.

Y, que se hiciera acompañar de algunos 
de los ancianos del pueblo,
pero estos se iban a quedar abajo,
al pie del Monte.

Segundo:
Subiría con Moisés solo  con Josué;
pero Josué no subiría, propiamente,
a la cima de la montaña con Moisés,
sino que se quedaría en medio:
hacia arriba Moisés 
y hacia abajo el pueblo.

Tercero: 
Dios le revelaría a Moisés, 
para el pueblo,
las tablas de La Ley:

la única vez que Dios hace una revelación en el Antiguo Testamento.

Cuarto:
Se había cambiado el rostro de Moisés.

Quinto:
Moisés duró cuarenta días en la cima de la montaña.

Sexto:
El libro del Éxodo cuenta que
mientras eso pasaba con Moisés,
allá, arriba;

abajo, el pueblo adoraba el becerro de oro:
y, parece ser que porque 
Moisés tardaba mucho:
Iban ya cuarenta días.

Y, en el Evangelio de San Marcos 
se nos dice, que:
- En aquel tiempo,
 Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, 
- subió aparte con ellos solos a un monte alto, y se transfiguró delante de ellos. 

- Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo.

- Se les aparecieron Elias y Moisés,
 conversando con Jesús. 

- Entonces Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús:

- «Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí!
-  Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elias»

- No sabía qué decir, pues estaban asustados.
-- Se formó una nube que los cubrió y salió una voz de la nube: 
«Este es mi Hijo, el amado; escuchadlo».

De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.

Cuando bajaban del monte, les ordenó que no contasen a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos.

Esto se les quedó grabado y discutían qué quería decir aquello de resucitar de entre los muertos.

Y, en la comparación está en que
con Moisés, las tablas de La Ley.

Con Jesús:
Este es mi Hijo amado,
escuchaldo.

-- ¡Ummmmmm!
-- ! Interesante!

Y, colorín-colorado; 
este cuento se ha acabado.

Fin

domingo, 4 de agosto de 2024

UN CUENTO DE SOBRE PAN Y PAN DEL CIELO

 UN CUENTO DE SOBRE PAN Y PAN DEL CIELO

P. Daniel Albarrán 

(ESCUCHAR EL CUENTO EN AUDIO)
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Érase una vez...

Día domingo,
4 de agosto.

Y, era, también, 
el día de San Juan María Vianney,
más conocido como el santo cura de Ars.

Y, es el santo patrono 
de los párrocos.

Y, famoso era él,
por su amor y dedicación 
a la confesión,
escuchando a los penitentes,
haciendo de esa tarea pastoral
su principal apostolado.

También era famoso
porque era lento en los estudios, 
sobretodo, en aprender latín, 
en su tiempo de estudiante.

Por otra parte,
en la lectura del domingo 
el Evangelio hablaba, que:

a Jesús la gente lo buscaba,
y la razon principal la había 
dicho el mismo Jesús:

 -- «Os lo aseguro, 
me buscáis, 
no porque habéis visto signos, 
sino porque comisteis pan hasta saciaros. 

-- Trabajad, no por el alimento que perece, 
-- sino por el alimento 
que perdura para la vida eterna, 
el que os dará el Hijo del hombre;
-- pues a éste lo ha sellado el Padre, Dios.».

Y, era el pan el tema principal.

En la primera lectura del día,
igualmente, en el libro de Éxodo
se había contado, que:

-- Dios la había dado al pueblo de Israel, 
en el desierto,
-- después de la salida de Egipto,

-- le había dado pan:
-- codornices (carne)
-- y maná (pan).

Y, todo venido del cielo.
Y, es, que,
el pan viene del cielo.

Ya todo pan
viene del cielo.

Y, es lo que nos dice,
en una de una declaración tajante
 el libro del Génesis (2,5):

- no había aún en la tierra arbusto alguno del campo, y ninguna hierba del campo 
había germinado todavía, 

- pues Yahveh Dios no había 
hecho llover sobre la tierra,

-  ni había hombre que labrara el suelo.

Y, lo que produce la tierra 
para alimento,
es venido del cielo,
porque desde y con la lluvia
es que hay arbustos 
y con ello alimentos.

Ya, el pan en sí mismo 
es venido del cielo;
y es obra derivada de la obra de Dios.

Y, olvidar esa realidad
es una tentación.

Como fue tentación en el libro del Éxodo:

- En aquellos días, 
la comunidad de los israelitas protestó contra Moisés y Aarón en el desierto, diciendo:

- «¡Ojalá hubiéramos muerto 
a manos del Señor en Egipto, 
- cuando nos sentábamos junto a la olla de carne y comíamos pan hasta hartarnos! 

- Nos habéis sacado a este desierto 
para matar de hambre a toda esta comunidad.»

Y, tal vez, ese olvido
de que es Dios 
quien nos da el pan,
y, que, de por sí,
es ya pan del cielo,
sea una tentación permanente.

Tal vez,
por eso es que Jesús 
cuando nos dijo que cuando recemos el Padrenuestro, su unica oracion, 

y nos la dejó
como suya y como nuestra,
dijo que dijéramos:

-- danos, hoy, 
-- nuestro pan
-- de cada día.

Y, enseguida, recalca, que:

-- no nos dejes 
-- caer en tentación.

Precisamente,
porque se nos puede olvidar 
que, es que, el pan
siempre nos viene del cielo.

Y, por eso el mismo Jesús,
que hace e hizo esa oracion del Padrenuestro,
sea el permanente recordatorio
que es del cielo
que nos viene el pan.

Y, por eso,
Él mismo es el pan,
que es su Palabra y su cuerpo,
para no olvidar nunca 
que es de Dios, su Padre,
el alimento.

Y, esto último sea, entonces,
el elemento que tiene que ir junto con el pan,
que es el agradecimiento.

-- ¡Ummmmmm!
-- ¡Interesante!

Y, colorín-colorado; 
este cuento se ha acabado.

Fin