UN CUENTO DE SOBRE MIEDO
Era día martes.
Y, los tiempos de los tiempos
estaban muy tumultuosos.
Y, de eso se hablaba.
Uno dijo, que,
se trataba de perspectivas;
es decir de maneras individuales
de ver distinto una misma realidad;
y, de que, cada cual ve y siente distinto del otro;
y el otro del otro.
Y, que, de eso se trata:
sentir distinto,
pensar distinto,
opinar distinto.
Por la sencilla razón
de que somos distintos.
Entonces, se estaba
hablando de el miedo.
Uno dijo, que,
se tenía miedo.
Él mismo tenía miedo.
Entonces, un otro
alzó la voz y dijo, que,
-- ¡No se puede tener miedo!
Y, esgrimió sus razones.
Y, ya, su manera de hablar
por lo impositivo e imponente,
daba susto y miedo hasta escucharlo.
Otro, igualmente,
dijo, que,
es imposible tener miedo.
Y trajo citas de la Biblia
donde aparecía que
"no hay que tener miedo",
y la razón que daba es, que:
-- En la Biblia dice
-- que no hay que tener miedo.
Y, yo,
que estaba ahí pensaba,
más bien, asustado de escuchar a aquellos
que decían que no hay que tener miedo,
que, es que se tiene miedo.
que decían que no hay que tener miedo,
que, es que se tiene miedo.
Y, pensaba, igualmente,
en Moisés, que tuvo miedo
cuando lo de la zarza ardiente;
y en otras ocasiones,
y en otras ocasiones,
cuando Abraham
hizo pasar como su hermana a su esposa Sarahí ante un poderoso de su tiempo.
Y, en Jacob,
cuando huía de la furia de su hermano Esaú porque le había robado
cuando huía de la furia de su hermano Esaú porque le había robado
la bendición de su padre Isaac.
El mismo Jacob
cuando el sueño de la escalera.
En Moisés
cuando no quería ir a hablar con el faraón,
por una parte;
y, por otra parte,
cuando Moisés con el pueblo,
apenas salidos de Egipto,
se vio acorralado por el
ejército egipcio por una lado,
se vio acorralado por el
ejército egipcio por una lado,
y por otro lado el Mar Rojo,
y no sabía qué hacer.
Y, pasaron por mi mente
en memoria fugaz
otros casos de mucho miedo.
Y, uno de los que decían
que:
-- ni hay que tener miedo
-- la Biblia lo dice.
Y, yo, seguía entretenido
recordando, que:
-- Jesús tuvo miedo cuando:
-- no quería pasar por Samaria,
porque no lo querían;
-- que varias veces
-- se escabulló cuando lo Iban a despeñar,
y se escurrió en medio de la gente.
-- que, Jesús,
-- tuvo miedo en el Huerto de los Olivos:
-- Dios mío aparta, si es posible, este cáliz.
-- que, Jesús, tenia miedo
-- en la última cena:
-- uno de ustedes me va a entregar.
Y, no se diga de Pedro Apóstol.
Ese si que tenía miedo.
Y, no se diga de todos los demás apóstoles
después de la crucifixión de Jesús:
-- estaban a puertas cerradas
-- por miedo a los judíos.
Y, no se diga de Zacarías
el papá de Juan el Bautista;
y, de la misma virgen María;
al punto que el ángel Gabriel les dice a los dos, en sus respectivas apariciones:
-- No temas.
Y, aquellos dos,
que hablaban vehemente
seguían diciendo:
-- No hay que tener miedo.
-- En la Biblia se dice.
Y, daba miedo, más bien,
de eso que decían.
Y, yo, más bien,
estaba asustado de que aquellos dos
no tuvieran miedo.
-- ¡Ummmmmm!
-- ¡Interesante!
Y, colorín-colorado;
este cuento se ha acabado.
Fin
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