UN CUENTO DE SOBRE AUMENTAR LA REALIDAD CON LA FANTASIA
Érase una vez...
En Brasil estaba sucediendo
algo interesante,
como en todas partes del mundo,
que suceden a diario
cosas fantásticas.
Y, era, que,
un bailarín de calle
bailaba con una muñeca
en alguna plaza de Brasil.
Y, estaba siendo todo un suceso.
La gente se aglomeraba en torno suyo,
para verlo bailar.
Y, con él, la muñeca
confeccionada para el show-espectáculo.
Cosa que estaba siendo
un deleite para grandes y pequeños,
propios y extranjeros.
Y, depositaban sus colaboraciones en su recipiente puesto para eso.
Era, que, es, realmente,
simpático aquel bailarín
y su muñeca de color,
ataviada de ropas multicolores,
y su cabellera larga.
ataviada de ropas multicolores,
y su cabellera larga.
Simplemente,
se trataba y se trata
de aumentar la realidad,
porque, si, en verdad,
el mismo bailarín
se hubiese puesto a bailar
con una mujer de carne
y hueso reales, en la misma plaza,
y en el mismo lugar,
no atraería a nadie.
y en el mismo lugar,
no atraería a nadie.
Simplemente,
porque esa sería la realidad:
dos que bailarían, simplemente.
No pasaría de ahí.
En cambio,
su pareja es una muñeca,
de tamaño real de persona humana,
y sus movimientos,
que son los mismos movimientos
sincronizados con el bailarín,
porque la muñeca está pegada
graciosamente al bailarín,
hace que aquello sea, más bien,
una cosa de disfrutar y de ver.
porque la muñeca está pegada
graciosamente al bailarín,
hace que aquello sea, más bien,
una cosa de disfrutar y de ver.
Y, es, que,
la magia de la fantasía
ayuda a ponerle magia
a la realidad,
para fantasear,
imaginar, inventar,
reír...
Y, hacer
bonito las cosas de la vida
y que requieren un poquito
de fantasía.
-- ¡Uppppppps!
-- ¡Maravilloso!
-- ¡Interesante!
Y, colorín-colorado;
este cuento se ha acabado.
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