UN CUENTO DE UPPPPPPPS
Érase una vez...
Iban transcurriendo los días:
Todo igual.
Y, todo diferente.
Porque, un día es igual a otro día,
porque es un día;
Y, diferente,
porque, como día,
tiene las novedades de ese dia.
Todo nuevo.
Y, todo igual.
Y, mientras,
en la oración de la mañana
se iban haciendo los laudes,
se llegó a la parte
de la lectura bíblica,
después de los salmos.
Y, la lectura era del libro
del profeta Job (Jb 1,21; 2,10b):
- Desnudo salí del vientre de mi madre
- y desnudo volveré a él.
- El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó,
- bendito sea el nombre del Señor.
- Si aceptamos de Dios los bienes,
- ¿no vamos a aceptar los males?.
Y, las cosas que tiene la vida:
ese estracto del libro de Job
me hizo decir:
-- ¡Uppppppps!
Infinitas han sido las veces
que se ha escuchado ese mismo texto.
Pero, hoy, de repente
me sorprendió.
Y, enseguida,
mi mente pensó
en la primera de las Bienaventuranzas de Jesús:
-- !Bienaventurados los pobres de espíritu,
-- porque de ellos es el Reino de los cielos!
Y, en ese instante
pensé que Job era un bienaventurado:
-- desnudo salí del vientre
-- desnudo volveré a él.
-- ¡Uppppppps!
-- ¡Interesante!
Y, colorín-colorado;
este cuento se ha acabado.
Fin
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