domingo, 28 de abril de 2024

UN CUENTO DE SOBRE BEBER AGUA

 UN CUENTO DE SOBRE BEBER AGUA

P. Daniel Albarrán 

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Érase una vez..

La oración de la mañana,
del día domingo.

Se iban haciendo los salmos.

Y, en eso, en sorpresa,
la antífona del primer salmo,
de repente,
llamó la atención 
lo que decía:

-- El que tenga sed, que venga 
a beber de balde el agua viva. Aleluya.

Y, la atención se fijó en:
-- que venga a beber de balde
-- el agua viva.

Y, lo primero que vino
como punto de pensamiento
fue:

-- de balde.
Es decir, así,
como de gratis.

Y, me quedé ahí,
preguntando:

-- ¿agua, sin ningún esfuerzo?
-- ¿agua, gratis?
-- ¿agua, regalada?
-- ¿agua, fácil?

Y, guardé silencio.
Y, seguía haciendo eco
la idea de "de balde".

Y, ahí, me quedé.

No avancé.
Seguí en silencio.

-- ¡Ummmmmmm!
-- ¡Interesante!

Y, colorín-colorado; 
este cuento se ha acabado.

Fin

jueves, 25 de abril de 2024

UN CUENTO DE SOBRE CABALLOS

 UN CUENTO DE SOBRE CABALLOS 

P. Daniel Albarrán 

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Érase una vez...
Se celebraba el día del libro,
y habían dispuesto 
que sería toda la semana.

Para ello habían dispuesto 
de carteleras con alusión
a algunas obras importantes.

Asi, estaban colgando 
en la cartelera algunos cuentos,
en full colores en formato dibujos.

Estaban Blanca Nieves,
Shrek, Pinocho, El Principito,
y otros tres, o cuatro, más.

También habían preparado 
una obra de teatro,
y la habían llamado "quijoteando".

E, igualmente,
una presentación de payasos,
en la que el payaso principal 
sabía hacer de todo,
y no sabía hacer nada.

Y, eso mismo hacia destornillarse de la risa,
porque, en eso estaba lo cómico.

Entonces, el payaso 
hacia magía, con acento en la í,
porque, no era "magia" 
lo que él hacía, sino "MAGÍiiiia".

Y, hacia y decía:
-- nada por aquí 
-- y se levantaba la chaqueta 
-- para señalar que no había nada ...

Y, volvía a decir:
-- nada por acá.

Y, taraaaaaaaá...

-- nada.

Precisamente, porque era
"MAGIIIIIIIIÍA",
lo que él hacía.

Y, aquello provocaba un mar de carcajadas,
por la magía del payaso,
llevándose todos los aplausos.

Y, en el momento, después,
de la obra "quijoteando",
aparece Don Quijote en un caballo;

y, también, Sancho Panza,
que llevaba una almohada en la barriga, 
para resaltar que, por eso, era "Panza".

Y, los dos iban cabalgando:
cada uno en su palo de escoba,
que era lo que hacía imaginar,
un caballo, en el caso de Don Quijote,
y un burro, en el caso de Sancho.

Y, los que ahí estabamos
reíamos y seguíamos la historia 
contada a la manera de aquellos 
alumnos del colegio,
y, que, era "quijoteando".

Y, Sancho le lleva una carta 
a Dulcinea, de parte de su amo,
El Quijote.

Y, cuando Dulcinea 
abre la carta, 
y la voltea hacia un lado,
después hacia el otro;
y la sube, y la baja,

y, yo, que estaba siguiendo aquella historia,
como publico, de repente 
en una carcajada dije:
-- !no sabe leer¡ 

porque era que el dar vueltas a la carta, 
eso era lo que sugería,
y eso hacía más cómico el momento.

Entonces, Dulcinea 
le da la carta a Sancho 
para que él la lea.

Y, Sancho, igualmente,
movió la carta para arriba y para abajo...

Tampoco sabía leer.
Y, yo volví a gritar
desde donde estaba 
que no sabía leer...
entre carcajadas y disfrute.

-- ¡Ummmmmm!
-- ¡Interesante!

Y, colorín-colorado; 
este cuento se ha acabado.

Fin.

miércoles, 24 de abril de 2024

UN CUENTO DE SOBRE LIBROS

 UN CUENTO DE SOBRE LIBROS

P. Daniel Albarrán 

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Érase una vez...

Se estaba celebrando
la semana de el libro.

Y, un colegio
lo celebraba de manera especial:

Habían preparado
pequeñas obras de teatro
en las que se resaltaba
la idea "libro".

Y, la metodologia
era una cosa, así,
llamada "café concert",
que eran unas mesas
colocadas con cinco sillas,

y las mesas vestidas, 
al igual que las sillas, de coberturas verdes.

Y, lo primero, que uno se imaginaba
era estar a las orillas del rio
que atraviesa Paris, 
el rio Sena,
teniendo de fondo
a la misma Torre Eiffel.

Se trataba, simplemente,
de una exquisita actividad de la imaginación.

Y, sonaba, de fondo,
una música venezolana:

en ese momento era Gualberto Ibarreto que cantaba la cerecita:

-- cerecita...cerecita...
-- Cerecita me llamamos 
en nuestra tierra de Oriente. 


A pesar de que eres buena y de un sabor exquisito


Nadie siembra tu semilla, nadie riega tu arbolito.


Larayla Laray Larayla, Larayla Laray Lara.

Y, el ambiente era bonito.

Y, en donde estaban las mesas
estaba sentado Don Quijote de la Mancha,
estaba todo vestido de blanco,

y su lanza, que era un palo de escoba, 
tenía en papel aluminio la punta afilada.

Y, su casco de caballero andante 
le daba mucha elegancia:

Era el caballero andante,
el de la triste figura,
como lo bautizara Sancho Panza.

En eso pasó una muchacha 
toda vestida de muchacha española.

Vestida de rojo en combinación.

Y, era, nada más,
y nada menos, que Dulcinea del Toboso.

Era inmejorable aquel momento:

Era la semana del libro.

Y, era la imaginación,
que es lo más importante de del libro.

Y, ahí, estaba yo.
También estaba de invitado.
También de participante.

Y, colorin-colorado;
 este cuento se ha acabado.

Fin.

domingo, 21 de abril de 2024

UN CUENTO DE SOBRE OVEJAS

 UN CUENTO DE SOBRE OVEJAS 

P. Daniel Albarrán 

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Érase una vez...

Domingo cuarto de Pascua de Resurrección.

El tema era:
Jesús, el Buen Pastor.

Y, el Evangelio hablaba
que el Pastor da la vida por sus ovejas.

Y, en este punto,
mientras hacia el rezo matutino 
de los laudes,
y al leer el Evangelio,
me quedé pensando y pensando:

-- El buen pastor 
-- da la vida por sus ovejas.

Y, pasaron por mi memoria 
personas y personas consagradas 
que han dado la vida,
por las ovejas.

Y, pensaba en casos concretos
de esas personas.

Y, pensaba, igualmente,
en eso de "las ovejas".

-- ¡¿Ovejas?!

Y, de repente,
imaginé:

-- las ovejas comen pasto.
-- las ovejas no comen carne;
-- no son carnívoras.

Y, un susto me entró 
al pensar en la posibilidad 
que una oveja coma carne:

Porque, si come carne,
la otra oveja es carne para ella;
y se comen entre ellas.

Y, se pueden comer 
al perro ovejero;

y se pueden comer, también,
al pastor que las cuida y las lleva a los pastos.

Y, esa idea,
me resultó, más bien, extraña.

Y, volví al Evangelio:

-- En aquel tiempo, dijo Jesús:
«Yo soy el Buen Pastor. 

-- El buen pastor da su vida por las ovejas;
-- el asalariado, que no es pastor 
ni dueño de las ovejas,

-- ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo las roba y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas.

-- Yo soy el Buen Pastor, que conozco a las mías,
 y las mías me conocen,

-- igual que el Padre me conoce, 
y yo conozco al Padre;

-- yo doy mi vida por las ovejas.
Tengo, además, otras ovejas 
que no son de este redil...

 Y, seguí, ahí, pensando.
Imaginando, más bien:

Y, es que, seguía fija la idea
de la posibilidad 
de ovejas carnívoras...

-- ¡Ummmmmmm!
-- ¡Interesante!

Y, colorín-colorado; 
este cuento se ha acabado.

Fin.

domingo, 14 de abril de 2024

UN CUENTO DE SOBRE COMER

 UN CUENTO DE SOBRE COMER

P. Daniel Albarrán 

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Érase una vez...

Ya, tercer domingo de Pascua de Resurrección:

Jesús, que se les aparece 
a los que sabían de él,
sobretodo, de las últimas noticias:

-- que había sido crucificado,
-- apenas, unos tres días atrás.

-- que se decía que estaba resucitado;
-- que se había aparecido,

-- primero, a algunas de las mujeres del grupo;

-- después, a dos que iban a Emaús,
-- en horas de la tardecita-noche;

-- que había cenado con ellos;
-- que se había desaparecido.

Y, ahora, ellos,
hablaban de todo eso.

Y, se les vuelve a aparecer,
y los saluda:

-- la paz con ustedes.

Y, todos, igualmente,
se asustan.

Entonces, Jesús:
-- les dijo:

-- «¿Por qué os alarmáis?, 
-- ¿por qué surgen dudas
 en vuestro corazón? 

-- Mirad mis manos y mis pies: 
soy yo en persona. 

-- Palpadme y daos cuenta de que un espíritu 
no tiene carne y huesos, 
como veis que yo tengo».

-- Dicho esto, les mostró 
las manos y los pies. 

-- Pero como no acababan 
de creer por la alegría,
--  y seguían atónitos, les dijo:

-- «¿Tenéis ahí algo de comer?».

-- Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. 

--  Él lo tomó y comió delante de ellos.

Entonces, surgen las preguntas:

-- ¿Por qué se representa a Jesús resucitado 
en una figura translúcida,
 transparente, difuminada; 
casi como etérea?

El relato dice, que:
-- Mirad mis manos y mis pies: 
soy yo en persona. 

-- Palpadme y daos cuenta de que 
un espíritu no tiene carne y huesos, 
como veis que yo tengo».

Y, por otra parte,
Jesús comió un trozo de pez asado, 
junto con ellos.

-- ¡Ummmmmm!
-- ! Interesante!

Y, colorín-colorado;
 este cuento se ha acabado.

Fin

sábado, 13 de abril de 2024

UN CUENTO DE SOBRE TEMPRANO, EN LA MAÑANA

 UN CUENTO DE SOBRE TEMPRANO, 
EN LA MAÑANA 

P. Daniel Albarrán 

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Érase una vez...

Transcurría 
el transcurrir de la vida:

Nada nuevo;
y todo viejo:

Lo mismo de todos los días.

Y, lo nuevo de cada día,
porque en lo viejo está lo nuevo.

-- ¡Impresionante!

Esa es y era la magia de la vida:
Viejo y nuevo;
Nuevo y viejo.

Y, mientras, entonces,
se estaba en el rezo de los laudes,
hubo una idea, que, de repente
llamó la atención:

-- Como el águila incita a su nidada,

-- revolando sobre los polluelos,
así extendió sus alas, 

-- los tomó
y los llevó sobre sus plumas.

Ese fue el texto 
del salmo que en ese momento se rezaba.

Y, la idea, era:
-- el águila incita a su nidada,
-- revolando sobre los polluelos.

Y, me quedé pensando 
y pensando, e imaginando la idea:

-- un águila 
-- sus pollitos de águila
-- recién nacidos 
-- que chillan y chillan 
-- y abren la boca
-- para tomar el gusanito
-- que trae mamá águila 
-- como desayuno.

Y, me quedé en esa idea,
y en la idea del salmista,

en lo nuevo de lo viejo:
Y, es, que, Dios:

así extendió sus alas, 
-- los tomó
y los llevó sobre sus plumas.

-- ¡Ummmmmm!
-- ¡Interesante!

Y, colorín-colorado; 
este cuento se ha acabado.

Fin

miércoles, 3 de abril de 2024

UN CUENTO DE SOBRE LA TUMBA O SEPULCRO

 UN CUENTO DE SOBRE LA TUMBA 
O SEPULCRO 

P. Daniel Albarrán 

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Érase una vez...

El Evangelio de San Juan 

contaba, que, María,
la de la ciudad de Magdala
(de ahí Magdalena, como gentilicio),
fue al sepulcro, temprano,
del primer día de la semana,
después del sábado.

Y, encontró que 
la piedra que cerraba el sepulcro 
estaba movida:

-- Se asustó.
-- Y salió corriendo de regreso 
-- a dar noticia de lo que había visto:

-- el sepulcro estaba abierto.

Entonces, aquellos dos discípulos salieron corriendo a ver;
y, sí: el sepulcro estaba vacío.

Llama la atención, que,
el evangista San Juan,
resalta:

-- Pedro, al entrar:
-- vio los lienzos tendidos
 y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, 
-- no con los lienzos, 
sino enrollado en un sitio aparte.

Y, en este punto 
es de detenerse, porque:

-- ¿Tendrá algún significado 
-- el que "el sudario
-- estuviera en un lugar aparte de los lienzos;

-- y que estuviera doblado (enrollado)
-- en un sitio aparte?

-- ¡Ummmmmm!
-- ¡Interesante!

Y, colorín-colorado;
 este cuento se ha acabado.

Fin.