UN CUENTO DE SOBRE BEBER AGUA
Érase una vez..
La oración de la mañana,
del día domingo.
Se iban haciendo los salmos.
Y, en eso, en sorpresa,
la antífona del primer salmo,
de repente,
llamó la atención
lo que decía:
-- El que tenga sed, que venga
a beber de balde el agua viva. Aleluya.
Y, la atención se fijó en:
-- que venga a beber de balde
-- el agua viva.
Y, lo primero que vino
como punto de pensamiento
fue:
-- de balde.
Es decir, así,
como de gratis.
Y, me quedé ahí,
preguntando:
-- ¿agua, sin ningún esfuerzo?
-- ¿agua, gratis?
-- ¿agua, regalada?
-- ¿agua, fácil?
Y, guardé silencio.
Y, seguía haciendo eco
la idea de "de balde".
Y, ahí, me quedé.
No avancé.
Seguí en silencio.
-- ¡Ummmmmmm!
-- ¡Interesante!
Y, colorín-colorado;
este cuento se ha acabado.
Fin
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