UN CUENTO DE SOBRE LA TUMBA
O SEPULCRO
El Evangelio de San Juan
contaba, que, María,
la de la ciudad de Magdala
(de ahí Magdalena, como gentilicio),
fue al sepulcro, temprano,
del primer día de la semana,
después del sábado.
Y, encontró que
la piedra que cerraba el sepulcro
estaba movida:
-- Se asustó.
-- Y salió corriendo de regreso
-- a dar noticia de lo que había visto:
-- el sepulcro estaba abierto.
Entonces, aquellos dos discípulos salieron corriendo a ver;
y, sí: el sepulcro estaba vacío.
Llama la atención, que,
el evangista San Juan,
resalta:
-- Pedro, al entrar:
-- vio los lienzos tendidos
y el sudario con que le habían cubierto la cabeza,
-- no con los lienzos,
-- no con los lienzos,
sino enrollado en un sitio aparte.
Y, en este punto
es de detenerse, porque:
-- ¿Tendrá algún significado
-- el que "el sudario
-- estuviera en un lugar aparte de los lienzos;
-- y que estuviera doblado (enrollado)
-- en un sitio aparte?
-- ¡Ummmmmm!
-- ¡Interesante!
Y, colorín-colorado;
este cuento se ha acabado.
Fin.
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