UN CUENTO DE SEMILLA

UN CUENTO DE SEMILLA

P. Daniel Albarrán

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Érase una vez...

La Palabra de Dios del Domingo, 16 de julio:

La primera lectura decía, que:

-- Como bajan la lluvia y la nieve del cielo, 

-- y no vuelven allá sino después de empapar la tierra,

-- de fecundarla y hacerla germinar, 

-- para que dé semilla al sembrador y pan al que come,

-- así será mi palabra, que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará mí voluntad y cumplirá mi encargo.

Y, el Evangelio es la Parábola del sembrador que 

"salió a sembrar".

-- ¡Interesante!

Dos cosas:

1) Salió

2) a sembrar.

Lo interesante está, en que:

"a sembrar".

Y, ¿Cómo se siembra?

Supongo, que:

-- se hace un hoyo

-- en la tierra

-- se echa ahí la semilla

-- se vuelve a cubrir con tierra

Y, se pasa al siguiente paso,

repitiendo la misma acción.

-- !Uggggggg!

Estando en eso, entonces,

algunas semillas

cayeron en distintos tipos de tierra.

Y, esas semillas, igualmente,

dieron fruto,

según cada tipo de tierra.

El caso es que la parábola habla

de las semillas que cayeron.

No habla de las semillas

que sembró el sembrador.

No dice la parábola

que el sembrador dispersó

la semilla,

como método de sembrado.

Parece, entonces,

que dos son las semillas:

Una la sembrada.

Y, otra la que cayó.

-- ¡Interesante!

Y, colorin-colorado; 

este cuento se ha acabado.

Fin