UN CUENTO DE SOBRE CONFIRMACIÓN
Érase una vez...
Día sábado.
A apenas dos días
de que un grupo de jóvenes
recibiera el sacramento de la confirmación.
Vendría el señor Obispo.
E, igualmente, sería el recordatorio
de la vida y obras de Santo Domingo Savio,
patrono espiritual de nuestra parroquia,
el lunes, seis de mayo.
Todo estaba llegando
a donde ibamos,
que, era completar
el compromiso de la formación
de la catequesis inicial:
Bautismo.
Comunión.
Y, confirmación.
Y, se iba cumpliendo, con ello,
lo mandado en el proceso ICA-ICNA,
que, en la programación
concuerda la formación
con los tiempos litugricos.
Asi, en diciembre,
a más tardar, inicio de enero:
La experiencia de los discípulos
de Emaús.
Un poco más adelante:
La renuncia a los ídolos.
Y, semanalmente,
la hermosa experiencia
de la catequesis de adultos,
que son los representantes
de los niños y jóvenes.
Y, ahora,
eran LAS CONFIRMACIONES.
Ya, después del tiempo
mandado, y la edad,
llegaba el momento culmen:
Ellos, jóvenes,
en edad de decisiones personales,
confirmaban de manera personal
lo que de niños habían hecho sus padres y padrinos en su bautizo.
Ahora, de grandes,
decían sí,
y con ello Confirmarían su fe.
Y, ese sábado, hoy:
-- se darían los últimos retoques:
-- y se confesarían, sacramentalmente.
-- y estarían totalmente disponibles
-- para la acción del Espíritu Santo.
Y, sería el Obispo
que en ellos y con ellos
confirmaría la fe,
la misma del bautismo.
Y, ahora, en tiempo de Pascua,
según el esquema y programación de ICA-ICNA,
serán todas las primeras comuniones,
que tienen que ser en Pascua,
que sería desde mayo hasta junio.
No antes.
No después.
Porque en julio son vacaciones,
también de ICA-ICNA.
Para empezar con otro nuevo proceso
en septiembre.
-- ¡Ummmmmm!
-- ¡Interesante!
Y, colorín-colorado; este cuento se ha acabado.
Fin
-- ¡Ummmmmm!
-- ¡Interesante!
Y, colorín-colorado; este cuento se ha acabado.
Fin
No hay comentarios:
Publicar un comentario