UN CUENTO DE DIFERENCIA
P. Daniel Albarrán
Una señora juntaba las manos,
de pie, frente al Santísimo.
Era sábado, por la mañana,
muy temprano.
La señora rezaba sus rezos,
y los rezaba en voz alta:
-- No hay un Dios tan bueno,
-- en su infinita misericordia...
Y, pasó, después,
a recitar un Padrenuestro.
Las manos juntas.
Y, se le veía contenta.
Más bien, tranquila.
Y, de ahí, salió
a dirigir el rosario,
y, como era sábado,
eran los MISTERIOS GOZOSOS:
-- En el primer misterio:
-- El Ángel Gabriel le anuncia a la Virgen...
Y, colorín-colorado;
este cuento se ha acabado.
Fin
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