UN CUENTO DE COSAS
En la parte de la misa,
cuando se llega
a la oración del Padrenuestro.
Dice:
-- Fieles a la recomendación del Salvador
-- y siguiendo su divina enseñanza,
-- nos atrevemos a decir.
Y, se reza, de inmediato,
el Padrenuestro.
Me surge, enseguida,
una inquietud:
-- ¿Por qué se dice, que,
-- nos atrevemos a decir,
-- si, Jesús, más bien,
-- nos mandó que oráramos
-- de esa manera?
Y, nos propuso, que,
a la hora de orar,
se trata con:
Padrenuestro, que estás en el cielo...
Y, sigue todo lo demás.
-- ¡Interesante!
-- Y, ¡¿Por qué, nos
-- atrevemos a decir,
-- si Él nos lo mandó?
-- si Él nos lo mandó?
Y, la misma partecita
de la misa lo aclara:
-- Fieles a la recomendación
-- del Salvador...
Es decir, que,
aún, así,
a pesar de que no somos
fieles a las recomendaciones
de Jesús, que, son
su proyecto y programa de vida,
y, que, son la práctica
de las bienaventuranzas,
empezando por confiar,
absolutamente, en Dios Padre...
aún, así,
nos atrevemos a decir:
Y, rezamos, entonces,
el Padrenuestro.
-- ¡Maravilloso!
-- ¡Interesante!
Y, colorín-colorado;
este cuento se ha acabado.
Fin
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