miércoles, 24 de mayo de 2023

UN CUENTO DE PRINCIPITO

 UN CUENTO DE PRINCIPITO

P. Daniel Albarrán

Érase una vez...

Sonó el teléfono:
-- ¡Aló!

Y, era un profesor
de un colegio cercano
a la parroquia.

-- ! Perdone que llame a última hora! -- 
dijo el profesor.

-- !Mañana tenemos
una actividad en el colegio!

Por eso lo tarde,
ya, que era faltando un día...

-- !Es que los alumnos
tienen una presentación
tipo debate y simposio.

-- El tema es sobre
el libro de El PRINCIPITO.

-- !Ummmmmm! -- dije yo.
-- !Nos gustaría que usted
venga, ya que usted...!

Y. dio sus razones,
como, que,
Escribe/escribe cuentos,
y cosas de por esa línea.

-- !Y, será sobre
la filosofía de la enseñanza
del libro El principito!

-- ¡Ummmmmm!

Y, se acordó en estar
a la hora del día siguiente
para hacer realidad la actividad
en el colegio.

Entonces,
enseguida, y sin dar tiempo al tiempo,
me dediqué a eso:

A volver a leer EL PRINCIPITO.

Y, fue volver a imaginar
la boa, la serpiente,
que se había comido un elefante,

Y lo estaba digiriendo.

Y los dos dibujos
de la boa:

La boa cerrada,
con el elefante dentro de su panza,.
y la boa abierta,
igual, con el elefante dentro
de su panza.

Dibujos que los grandes
no comprendieron,
y había que explicar
cosas de niño a gente grande.

Y, no dibujó más
porque los grandes
no entienden las imágenes de los niños.

Y, se hizo piloto.
Y, cayó en el desierto,
donde encuentra al PRINCIPITO.

Entonces, en el capítulo 21
el principito conoció
un zorro
que le pidió que lo domesticara.

-- ¿Qué es domesticar? 

Preguntó El Principito.
El zorro le explicó.

Siendo, entonces, el capítulo 21
una ternura de cuento dentro del cuento, que hace pensar,
y hasta hace llorar.

Y el Principito lo domesticó.

Y, colorin-colorado; este cuento se ha acabado.
Fin

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