UN CUENTO DE SOBRE ESTAR CLARO
Domingo,
27 de octubre.
El Evangelio, decía:
-- En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó
con sus discípulos y bastante gente,
-- el ciego Bartimeo, el hijo de Timeo,
estaba sentado al borde del camino,
pidiendo limosna.
-- Al oír que era Jesús Nazareno,
empezó a gritar:
- «Hijo de David, Jesús,
- «Hijo de David, Jesús,
ten compasión de mí.»
-- Muchos lo regañaban para que se callara.
-- Pero él gritaba más:
- «Hijo de David, ten compasión de mí.»
-- Jesús se detuvo y dijo:
- «Llamadlo.»
Llamaron al ciego, diciéndole:
- «Ánimo, levántate, que te llama.»
-- Soltó el manto, dio un salto
y se acercó a Jesús. Jesús le dijo:
- «¿Qué quieres que haga por ti?»
-- El ciego le contestó:
- «Maestro, que pueda ver.»
Jesús le dijo:
- «Anda, tu fe te ha curado.»
-- Y al momento recobró la vista
y lo seguía por el camino.
Y, llama la atención
algunas cosas:
Primero:
-- Era un ciego conocido:
-- se llamaba Bartimeo.
Segundo:
-- Jesús salía de Jericó.
Este dato, parece, interesante,
porque en la parábola
del buen samaritano,
el hombre al que malograron
iba de Jerusalén a Jericó.
Jericó,
parece ser una referencia
importante...
Tercero:
-- Bartimeo, el ciego,
-- al oír que era Jesús el nazareno
-- empezó a gritar:
-- «Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí.»
-- !Cállate!
-- le decían.
-- ¡Cállate!
-- le decían.
-- ¡Cállate!
Y, Bartimeo
gritaba más...
gritaba más...
-- !Jajajaja!
-- ¡Jajajaja!
Cuarto:
-- Bartimeo fue donde Jesús,
-- de un salto.
Quinto:
-- ¿Qué quieres que haga por ti?
-- le dijo en pregunta. Jesús a Bartimeo.
En una de Jesús y Bartimeo,
Bartimeo y Jesús.
-- ¡Ufffggggg!
-- ¡Interesante!
Y, colorín-colorado;
este cuento se ha acabado.
Fin