martes, 4 de junio de 2024

UN CUENTO DE SOBRE SANTO Y SEÑA

 UN CUENTO DE SOBRE SANTO Y SEÑA

P. Daniel Albarrán 

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Érase una vez...

El Evangelio del día anterior,
domingo,
había contado, que, Jesús:

-- envió a dos discípulos, diciéndoles:

– Id a la ciudad, encontraréis un hombre que lleva un cántaro de agua;
 seguidlo y, en la casa en que entre, 
decidle al dueño: 

-- «El Maestro pregunta: 
¿Dónde esta la habitación en que voy a comer la Pascua con mis discípulos?»

-- Os enseñará una sala grande 
en el piso de arriba, arreglada con divanes.

 Preparadnos allí la cena.

Y, había llamado la atención, que, pareciera que se trataba 
de una actividad en encubierto,
y en una de "no se den cuenta".

Y, se había dicho, que,
parecía que había 
"un santo y seña",
que, eran:

1) hombre que lleva un cántaro de agua; seguidlo... 

-- que sería la primera parte de la clave del encuentro programado y la seña.

Y, la segunda parte,
para completar el enlace, 
que era lo que se iba a hacer:

2) ¿Dónde esta la habitación 
en que voy a comer la Pascua 
con mis discípulos?

Y, quedan, entonces, ya,
los dos elementos:
La seña.

Y lo que se iba a hacer,
que era asegurarse que la sala
donde se haría la cena, ya
estaba lista y preparada.

Todo estaba como lo acordado,
y lo previsto.

Entonces, las preguntas:

-- Un hombre que lleva un cántaro de agua, 
-- ¿es la señal?

Eso lleva, de inmediato,
a buscar si tiene sentido 
la idea de santo y seña,
en donde 
"cántaro de agua"
sea la señal.

Y, enseguida,
la búsqueda nos lleva 
al libro del Génesis, capitulo 24:

Abraham que le pide a Dios 
una señal para saber 
cuál será la muchacha 
que será la esposa de su hijo Isaac:

- Ahora bien, la muchacha a quien yo diga

 "Inclina, por favor, tu cántaro 
para que yo beba", 
y ella responda:

-  "Bebe, y también voy a abrevar tus camellos",

-  ésa sea la que tienes designada para tu siervo Isaac, y por ello conoceré que haces favor a mi señor.» (Génesis 24:14).

Ahí, hay un "santo y seña",
que es: cántaro de agua.

Y, se trataba de Rebeca,
quien sería, después,
la esposa de Isaac, el hijo de Abraham.

Y, en relación a lo del Evangelio de San Marcos, 
que se leyó el domingo,
aparecía la idea de "cántaro de agua", 
que era la señal.

La otra pregunta, era:

-- ¿Por qué a escondidas?
-- ¿Acaso, aquella cena era una conspiración;
 y contra quién se conspiraba, en caso de serlo?

Porque, aquella cena 
era solo para con los Doce y Jesús.

Y, era la semana de los panes ázimos,
y ese día en el que los doce
 le preguntaron a Jesús 
que dónde quería que fuera 
la celebración de la cena de Pascua,
era el día primero de la semana.

Es de suponer, que,
los doce y Jesús,
no se reunieron en la cena,
ese primer día,
sino en la semana,
cosa que no dice
el texto del Evangelio de San Marcos leído ese domingo,
porque, se pasa, de inmediato,
a la cena, como tal.

Enseguida, surge la otra pregunta:

-- ¿Que tan subversiva iba a ser aquella cena de Jesús con los Doce?

Más aún:

-- ¿Había subversión en esa cena; 
era para desestabilizar al sistema?

-- ¡Ummmmm!
-- ¡Fascinante!
-- ¡Interesante!

Y, colorín-colorado;
 este cuento se ha acabado.

Fin

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