UN CUENTO DE SOBRE OVEJAS
Érase una vez...
Domingo cuarto de Pascua de Resurrección.
El tema era:
Jesús, el Buen Pastor.
Jesús, el Buen Pastor.
Y, el Evangelio hablaba
que el Pastor da la vida por sus ovejas.
Y, en este punto,
mientras hacia el rezo matutino
de los laudes,
y al leer el Evangelio,
me quedé pensando y pensando:
y al leer el Evangelio,
me quedé pensando y pensando:
-- El buen pastor
-- da la vida por sus ovejas.
Y, pasaron por mi memoria
personas y personas consagradas
que han dado la vida,
por las ovejas.
Y, pensaba en casos concretos
de esas personas.
Y, pensaba, igualmente,
en eso de "las ovejas".
-- ¡¿Ovejas?!
Y, de repente,
imaginé:
-- las ovejas comen pasto.
-- las ovejas no comen carne;
-- no son carnívoras.
Y, un susto me entró
al pensar en la posibilidad
que una oveja coma carne:
Porque, si come carne,
la otra oveja es carne para ella;
y se comen entre ellas.
Y, se pueden comer
al perro ovejero;
y se pueden comer, también,
al pastor que las cuida y las lleva a los pastos.
Y, esa idea,
me resultó, más bien, extraña.
me resultó, más bien, extraña.
Y, volví al Evangelio:
-- En aquel tiempo, dijo Jesús:
«Yo soy el Buen Pastor.
-- El buen pastor da su vida por las ovejas;
-- el asalariado, que no es pastor
ni dueño de las ovejas,
-- ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo las roba y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas.
-- Yo soy el Buen Pastor, que conozco a las mías,
y las mías me conocen,
-- igual que el Padre me conoce,
y yo conozco al Padre;
-- yo doy mi vida por las ovejas.
Tengo, además, otras ovejas
que no son de este redil...
Y, seguí, ahí, pensando.
Imaginando, más bien:
Y, es que, seguía fija la idea
de la posibilidad
de ovejas carnívoras...
-- ¡Ummmmmmm!
-- ¡Interesante!
Y, colorín-colorado;
este cuento se ha acabado.
Fin.
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