UN CUENTO DE SOBRE ORACULO
Y SOBRE EVOLUCION
Érase una vez...
La primera lectura del quinto
domingo de Cuaresma:
Aparece la expresión
"oráculo del Señor".
Y, aparece,
en esos tres versículos
del libro de Jeremias,
cinco veces:
-- "Ya llegan días – oráculo del Señor-
en que haré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva".
Y, llama la atención
esa expresión: "oráculo del Señor".
Y, entonces, las preguntas:
-- ¿Qué cosa es un oráculo?
Y, nos invade un silencio absoluto
de silencio, porque no se sabe
qué cosa es un oráculo.
Y, la primera luz que aparece
es que podria ser, algo así,
como una especie de consulta,
y una respuesta en esa consulta.
Y, vuelve el silencio,
porque, es que no se tiene idea
de lo que significa "oráculo".
Y, en forma de pregunta
aparece el relato del niño
Juan Bautista,
cuando en el momento de
ponerle el nombre,
el propio Zacarías,
el padre del niño,
irrumpe en un cántico:
el propio Zacarías,
el padre del niño,
irrumpe en un cántico:
-- Bendito sea el Señor,
-- Dios de Israel,
-- porque ha visitado
y redimido a su pueblo.
Y, más adelante,
el propio Zacarías hace un oráculo,
al decir del niño:
-- Y a ti, niño, te llamarán
profeta del Altísimo,
-- porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
-- porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
-- anunciando a su pueblo la salvación,
-- el perdón de sus pecados.
Y, en el caso de la primera
lectura de hoy, domingo,
son cinco veces que en tres versículos
aparece "oráculo".
Y, no un simple oráculo,
porque es "oráculo del Señor".
Y, en esas cinco veces,
se encuentra un resumen
y una evolución.
Porque, ahora,
en esa evolución
la ley del Señor
va a estar inscrita en todos los corazones.
Y, todos, absolutamente, todos,
vamos a conocer a Dios,
"oráculo del Señor".
Y, copiemos, aquí,
la propia lectura:
-- Ya llegan días –oráculo del Señor-
-- en que haré con la casa de Israel
y la casa de Judá una alianza nueva.
-- No será una alianza como la
que hice con sus padres,
-- cuando los tomé de la mano
-- cuando los tomé de la mano
para sacarlos de Egipto,
-- pues quebrantaron mi alianza,
aunque yo era su Señor
–oráculo del Señor–.
-- Esta será la alianza que haré
con ellos después de aquellos días
–oráculo del Señor–:
-- Pondré mi ley en su interior
y la escribiré en sus corazones;
-- yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.
-- Ya no tendrán que enseñarse
unos a otros diciendo:
-- «Conoced al Señor»,
-- pues todos me conocerán,
desde el más pequeño al mayor
-oráculo del Señor-,
-- cuando perdone su culpa
y no recuerde ya sus pecados.
-- ¡Ummmmmmm!
-- ¡Ummmmmmm!
-- ¡Interesante, lo del oráculo!
-- ¡Interesante!
Y, colorín-colorado;
este cuento se ha acabado.
Fin
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