martes, 26 de marzo de 2024

UN CUENTO DE SOBRE ALGUNOS DETALLES

UN CUENTO DE SOBRE ALGUNOS DETALLES

P. Daniel Albarrán

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Érase una vez...

Martes de la semana Santa.
En otros tiempos era como fueron esos tiempos;

y, en los tiempos de ahora,
es, como son los tiempos de ahora.

Los mismos hechos:
Jesús y su Pasión,
y su muerte y su Resurrección.

Los mismos actores:
los personajes de los Evangelios y sus historias,
que convergen en una:
la historia de la Salvación.

Los mismos sujetos:
las personas humanas,
en distintas edades:
niños, jóvenes y adultos.

Y, en comprensiones
según las edades.

El mismo misterio:
Dios que ama.
El ser humano que es amado por Dios.

Y, la lectura del Evangelio
del martes de esa semana
era sobre la Última Cena:
Jesús y sus apóstoles.

Y, decía el Evangelio, que:

--  En aquel tiempo, 

-- estando Jesús a la mesa con sus discípulos, 

-- se turbó en su espíritu y dio testimonio diciendo:

-- «En verdad, en verdad os digo: uno de vosotros me va a entregar».

-- Los discípulos se miraron unos a otros perplejos,

-- por no saber de quién lo decía.

-- Uno de ellos, el que Jesús amaba, 

-- estaba reclinado a la mesa en el seno de Jesús. 

-- Simón Pedro le hizo señas para que averiguase por quién lo decía.

-- Entonces él, apoyándose en el pecho de Jesús, le preguntó:

--«Señor, ¿quién es?».

-- Le contestó Jesús:

-- «Aquel a quien yo le dé este trozo de pan untado».

-- Y, untando el pan, se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote.

-- Detrás del pan, entró en él Satanás. 

-- Entonces Jesús le dijo:

-- «Lo que vas a hacer, hazlo pronto».

-- Ninguno de los comensales entendió a qué se refería.

Y, enseguida,
hay dos detalles
que llaman la atención.

Y, es, que:

Primero:

-- «Aquel a quien yo le dé este trozo de pan untado».

Podría pensarse, de inmediato,
que en el trozo de pan 
iba un encargo, un oficio,
una tarea, una encomienda,
un por hacerse.

Y, se podría pensar, igualmente,
que podría ser aleatorio,
porque el texto dice:

-- a quien le dé este trozo de pan untado.

Pareciera, entonces,
que podría ser cualquiera
de los que ahí estaban.

Segundo:

-- Y, untando el pan, se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote.

O, sea, así como
que tin Marin de tire jué,
a la escogencia.

Tercero:

-- Detrás del pan, entró en él Satanás. 

En el pan, y untado,
iba una carga de actividad por hacerse.

Cuarto:

-- Entonces Jesús le dijo:

-- «Lo que vas a hacer, hazlo pronto».

-- ¡Uppppppps!
-- ¡Interesante!

Y, era martes Santo.
Y, la diócesis de Barcelona, Anzoátegui, Venezuela, celebraba en martes la misa Crismal, que en en tiempos recientes
Se celebraba en Jueves, y Jueves Santo.

Y, este cambio de jueves a martes, ya,
Es práctica pastoral en muchas diócesis del mundo.

Y, la diócesis de Barcelona, Anzoátegui,
Celebraba en la parroquia Cristo Resucitado.

Y, sonaba a profundidad,
Porque era en Tierra Adentro.
Como diciendo, allá, a lo lejos,
Tan lejos que era en Tierra Adentro.
Pero, era, realmente, ahí mismito,
En Puerto la Cruz.

Y, en la misa Crismal
Se renovaban las promesas sacerdotales.

Y, aquí, vuelve la idea de los detalles,
Porque , ahora, Jesús, así como mandó a Judas a que hiciera lo que iba a hacer y lo hiciera pronto,
Ahora, Jesús, también mandaba,
Y aparece otra vez el pan.
Porque, los evangelios cuentan, que,
Tomó pan, lo partió
Y lo dio a todos y dijo:
“Hagan esto en conmemoración mía”.

Y, no una el pan,
Cómo hizo con Judas,
Sino que lo parte, y dice:

Esto es mi cuerpo
Y cuerpo que se entrega para la salvación.

Entonces, un pan
Y dos gestos distintos,
Pero que juntos van al mismo objetivo:
La salvación.

Un pan dado a todos, y no estaba untado; estaba limpio.
Y, un pan untado…¿quién tendría en ese untado?; y dado a uno solo.

Y, los dos panes, con untado,
Y el otro sin untado
Van hacia el mismo objetivo:
La salvación. Y todo en la última cena de Jesús.

¡Maravilloso!
¡ Interesante!
¡Guao!

Y, colorín-colorado; este cuento se ha acabado.

Fin

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