UN CUENTO DE SOBRE MUDOS
El evangelio contaba, que,
Zacarías se había
quedado mudo,
ante la noticia del ángel Gabriel.
Y, Zacarías salió
del lugar de la incesación,
y hablaba por señas:
-- ¡Uppppppss!
Y, se quedó mudo
hasta que nació
su hijo, que le había
anunciado el ángel.
Entonces,
se puede hacer
Teología del mudo.
-- ¡Queeeeeeeee!
-- Por supuesto, que sí.
Porque, se trata
del silencio, en este caso,
se Zacarías
ante las cosas de Dios,
que no tienen explicación,
y no se saben explicar.
Eso lleva a quedarse mudo.
Y, María, la muchacha
después que el mismo ángel
le da la noticia
de que va a tener un hijo,
que se llamará Hijo del Altísimo,
va presurosa a visitar
a Zacarías y a Isabel,
iría, también, a buscar
explicación del misterio
que le estaba sucediendo a ella,
por una parte, y al mismo Zacarías,
por otra parte.
-- !¿Y, cómo iría a explicarle
-- Zacarías, el sacerdote,
-- a María, si él estaba mudo?!
Zacarías, por ser sacerdote
era estudioso de la Torá,
y algo sabría de
las cosas que se esperaban
sobre el Mesías,
y todo eso.
María, iría a buscar, también,
algo de asesoría, al respecto.
Y, Zacarías estaba mudo.
También, quedó mudo
el profeta Job
cuando al final del libro,
después que cuestionaba a Dios
sobre el dolor, el sufrimiento,
el sin sentido de
las cosas de la vida.
las cosas de la vida.
Y, Job dice al final:
-- He hablado
-- más de la cuenta.
-- Me quedaré callado.
Job 42, 1-3:
Y Job respondió a Yahveh:
-- Sé que eres todopoderoso:
ningún proyecto te es irrealizable.
-- Era yo el que empañaba el
-- Era yo el que empañaba el
Consejo con razones sin sentido.
-- Sí, he hablado de grandezas que no entiendo, de maravillas que me superan y que ignoro.
-- ¡Ufghhhh!
-- ¡Interesante!
La teología del mudo.
Zacarías, con su silencio
impuesto por el ángel
hizo teología:
-- !Hay cosas de las cosas
-- que no se entienden!
-- !Maravilloso!
Y, cuando nace el niño,
Juan (el Bautista),
y presentan al niño en el templo,
el evangelio dice, que,
San Lucas 1, 59-64:
-- Y sucedió que al octavo día fueron
a circuncidar al niño, y querían ponerle
el nombre de su padre, Zacarías,
-- pero su madre, tomando la palabra, dijo:
-- «No; se ha de llamar Juan.»
-- Le decían: «No hay nadie en
tu parentela que tenga ese nombre.»
-- Y preguntaban por señas a su padre
cómo quería que se le llamase.
-- El pidió una tablilla y escribió:
«Juan es su nombre.»
-- Y todos quedaron admirados.
-- Y al punto se abrió su boca y su lengua,
y hablaba bendiciendo a Dios.
-- ¡Interesante!
-- ¡Teología del mudo!
Y, colorín-colorado;
este cuento se ha acabado.
Fin.
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