UN CUENTO DE SEGUNDA
Día sábado.
Segundo dia de la novena
de las misas de aguinaldo.
Se le había ganado al reloj despertador,
y se había levantado antes
que sonara.
-- ¡Jajajaja!
Ya los músicos estaban
en lo suyo:
el cuatro, las maracas,
el tambor...
-- ¡Tum Tum!
-- ¡Quién es!
Era lo que iban diciendo
junto con el carrasqueo
del cuatro y la afinación
de cuerdas y voces.
Y, volvían al tum-tum.
La gente iba llegando.
Algunos continuarían
la secuencia de nueve, dos.
Era la segunda.
Esta vez,
había venido la muchacha
que tocaba la flauta,
y le daba a todo un encanto
de la dulzura de la flauta
y daba ternura musical.
-- ¡Bonito-Bonito!
Y, en el momento oportuno,
de después de la comunión
el coro cantó:
-- Si la Virgen fuera andina
-- y San José de los Llanos
-- el Niño Jesús sería
-- un niño venezolano.
Y, el que tocaba el tambor
hacia magia con los palos
que hacían vibrar el cuero
del tambor,
y, eso, hacía
que se moviera la cabeza
y la cintura,
y otros acompañaban con las palmas.
-- Tendria los ojos negritos
-- quien sabe si aguarapaos...
-- Y, si la Virgen fuera andina...
Y, colorín-colorado;
este cuento se ha acabado.
Fin
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