UN CUENTO DE DESHONESTIDAD
P. Daniel Albarrán
____________________
Érase una vez...
La lectura del Evangelio
del domingo 24 de septiembre, 2023:
Un propietario de una viña, que:
Salió él mismo (no mandó)
a buscar obreros para su viña.
Salió al amanecer, y,
contrató a unos obreros.
El pago: un denario.
-- ¿Están de acuerdo?
Ellos dijeron que sí.
Entonces, toda una jornada de trabajo por un denario como pago.
Okey.
Ellos fueron a trabajar.
O, sea, aceptaron.
Empezarían a las siete de mañana.
Terminarían a las seis de la tarde: una jornada de trabajo.
O, sea, diez horas de trabajo.
El mismo propietario volvió a salir, a media mañana.
Serían las nueve y media de la mañana.
El pago en mutuo convenio fue:
" *_les pagaré lo debido_* "
De manera, que,
desde las nueve y media de la mañana hasta las seis de la tarde,
serían unas siete horas de trabajo.
Aceptaron.
Y, fueron a trabajar.
El propietario volvió a salir
al mediodía. Y contrató a otros.
Las mismas condiciones:
"Les pagaré lo debido".
Y, el propietario hizo dos salidas más para buscar trabajadores para su viña.
Salió, entonces, a media tarde,
y al atardecer.
Ciertamente, trabajarían menos tiempo.
Y, el pago era:
"Les pagaré lo debido".
Llegó la hora del pago.
Aquí, en la parábola hay un cambio.
Al principio decía "el propietario".
Ahora, a la hora del pago,
dice "el dueño".
Ya no aparece la palabra propietario.
¡Ummmmmmmm!
¡Interesante!
Y, en ese cambio, todo cambia,
porque, ahora:
Manda al capataz (al administrador)
a que pague.
¿Por qué no paga el mismo propietario quien fue quien salió a contratar?
El caso es que quien paga
es el administrador.
Porque, mandó el dueño.
¿Por qué, antes, "el propietario", para contratar; y, ahora, "el dueño" cuando es hora de pago, y en la persona del administrador?
Y, la orden era, que,
los últimos que habían llegado a trabajar,
y que llegaron casi a las seis de la tarde,
ahora, que eran ya las seis de la tarde,
serían los primeritos en cobrar.
Y, recibieron un denario.
El texto dice, que:
"Llama a los jornaleros y págales el jornal, -empezando por los últimos y acabando por los primeros."
Y, definitivamente, estos últimos
no dijeron nada.
Y, había una deshonestidad,
porque, ciertamente, no habían trabajado, prácticamente, nada.
¡POR SUPUESTO QUE ESTABAN SIENDO DESHONESTOS!
¿Por qué no dijeron: no es justo. Esto no corresponde con la realidad; porque, es, que, tampoco fue que trabajamos?
Entonces, estos fueron deshonestos.
Y, cuando llegó el turno del pago
a los que empezaron a trabajar desde tempranito,
se dijeron: nos va a ir mejor.
Y, cuando vieron,
que, igualmente, les pagaban un denario,
hicieron pleito.
Y, también, estaban siendo
deshonestos.
Entonces, deshonestos unos, porque no hablaron;
y, deshonestos los otros porque hablaron.
Y, colorín-colorado; este cuento se ha acabado.
Fin
No hay comentarios:
Publicar un comentario