UN CUENTO DE INICIO DE ACTIVIDAD
P. Daniel Albarrán
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Érase una vez...
Las lecturas del Evangelio
de los últimos días
hablaban de la muerte de Juan el Bautista.
Una vez acaecida (decapitado)
sus discípulos:
1) recogieron su cuerpo
2) le dieron sepultura
3) le avisaron a Jesús
(Jesús y Juan el Bautista, eran primos:
Jesús, hijo de María,
y Juan, de Isabel (Lucas 1, 39-56).
Solo, entonces,
Jesús empieza su predicacion.
Ese detalle llama la atención.
Entonces,
¿Qué significado tiene ese hecho,
que, Jesús no empezó del todo su actividad predicadora,
sino después de la muerte del primo?
Tal vez.
Solo, tal vez...
Juan el Bautista era hijo
de sacerdote,
hijo de Zacarías.
Por herencia, Juan el Bautista
era sacerdote,
por consiguiente,
de la tribu de Leví.
Por derecho, Juan el Bautista
podía/debía
detentar la función/actividad sacerdotal.
Jesús, no era descendiente directo
de sacerdote.
¿Sería, entonces, que, Jesús
respetaba ese hecho
y tenía que respetar a Juan, su primo,
que le precedía en jerarquía social,
y era sacerdote, aún,
cuando no se dice que Juan el Bautista desempeñara ese oficio?
-- ¡Ummmmm!
-- ¡Interesante!
Y, colorín-colorado;
este cuento se ha acabado.
Fin
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